NORTE

El término heb. más común para indicar el norte es 6828 tsaphón, צָפוֹן = «escondido, oscuro», por ser considerado entre los antiguos como una región de lobreguez y de tinieblas. El otro término heb. 4215 mezarim, מְזָרִים, lit. «esparcidor», viento del norte que dispersa las nubes, aparece solamente en Job 37:9: «El huracán viene de su cámara; y el frío, de los vientos del norte»; Sept. akroteria, ἀκρωτήρια; NT 1005 borrâs, βορρᾶς, que en principio designa al Bóreas o Aquilón, el viento del norte, y luego el punto cardinal (Lc. 13:29; Ap. 21:13); Vulg. arcturus. Algunos intérpretes judíos identificaron mezarim con la > constelación que en hebreo recibe el nombre de Mazzaroth.
Los hebreos consideraban los puntos cardinales en referencia al hombre cuyo rostro se orientaba mirando al este. En consecuencia, el norte quedaba a su mano > izquierda (Gn. 13:14; Jos. 15:10; Jue. 21:19; Jer. 1:13); de este modo, la mano izquierda o sinietra designaba el septentrión (Gn. 14:15; Job 23:9). También se imaginaban que lo que quedaba al norte se encontraba en una posición más elevada, mientras que el sur estaba más bajo, por lo que dirigirse al norte equivalía a una «subida» (Gn. 45:25; Os. 8:9; Hch. 18:3; 19:1), y los que venían del norte «bajaban» o «descendían» (Gn. 12:10; 26:2; 38:1; 1 Sam. 30:15, 16; 25:1; 26:2).
El término tsaphón, además, describe un lugar particular en el cielo: «Del norte viene un dorado esplendor; alrededor de Dios hay una temible majestad» (Job 37:22; cf. Is. 14:13); como tal ha sido establecido por Dios: «Él despliega el norte sobre el vacío y suspende la tierra sobre la nada» (Job 26:7); hace referencia al cielo limpio de nubes como consecuencia del viento del norte, lo cual obedece a la meteorología palestina. Otro tanto decían los griegos por boca de Homero (Ilíada 15, 171; Odisea 5, 296; cf. Josefo, Ant. 15, 9, 6).
También significa un lugar de la tierra (Sal. 107:3; Is. 43:6; Ez. 20:47; 32; cf. Lc. 13:29), y un aspecto o dirección: «miraban al norte» (1 R. 7:25; 1 Cro. 9:24; Nm. 34:7); «el lado norte» (Sal. 48:2; Ez. 8:14; 40:44; cf. Ap. 21:13).
Se usa convencionalmente para designar ciertos países, sin tener en cuenta su verdadera sitación geográfica, a saber: Babilonia, Asiria y Media, representadas siembre como situadas al norte de Judea, aunque algunas de ellas quedan más bien al este de Palestina (Sof. 2:13; Jer. 1:14; 46:6, 10, 20, 24; Ez. 26:7; Judit 16:4). Esto se debe, sin duda, a que los ejércitos de estos países se presentaban en Judea por el norte, evitando y rodeando el desierto, por el camino de Damasco y Siria. Por esta razón, los reyes de Siria y de los vecinos sometidos a Babilonia son «príncipes del norte» (Ez. 32:30). La expresión «familias de los reinos del norte» (Jer. 1:15) hace referencia a los aliados o tributarios del Imperio babilónico (Jer. 34:1). «Las gentes del norte» (Jer. 25:9) harían referencia a una clase inferior de pueblos dependientes de Babilonia. Quizá por esta razón, por indicar la puerta por la que Israel era invadido por sus poderosos vecinos septentrionales, este punto geográfico pasó a designar el lugar de donde procede el juicio divino: «Del norte se desatará el mal sobre todos los habitantes del país… del norte se ve venir el mal y el gran quebrantamiento» (Jer. 1:14; 4:6; 6:1; 13:20, etc.). Véase VIENTO.