LIBIOS

Heb. 3864 lubbim, לֻבִּים; Sept. Líbyes, Λίβυες (Daniel 11:43); lubim, לוּבִים (2 Cro. 12:3; 16:8; Nah. 3:9) y put, פּוּט (Jer. 46:9); Sept. Líbyes, Λίβυες.
Habitantes de la región que por causa de ellos se llamó > Libia, al oeste de Egipto, en África del norte. No se sabe mucho de ellos. Próximos al fértil valle del Nilo, con frecuencia intentaron invadir Egipto. Los esfuerzos más enérgicos los realizaron en los ss. XIII y XII a.C., cuando Merneptah y Ramsés III tuvieron que afrontar esfuerzos decididos de invasión. Derrotaron a los libios y los empujaron de vuelta a su país desértico. Sin embargo, cuando Egipto experimentó un declive político y militar, los libios fueron llevados a Egipto en grandes cantidades, y a mucho de ellos se los empleó como soldados en las unidades auxiliares del ejército. Sisac I, un libio, después de haber sido general por un tiempo, usurpó el trono y llegó a ser el primer rey de la XXII dinastía, fundando así la dinastía Libia de Egipto.
Así aparecen en la Escritura como vecinos y como tropas auxiliares de Egipto (2 Cro. 12:3; 16:8; Nah. 3:9), por lo que han sido identificados frecuentemente con los lehabitas, Lehabim, לְהָבִים, de Gn. 10:13 y 1 Cro. 1:11. Se supone que se trata de descendientes de Fut, hijo de Cam (Gn. 10:6; 1 Cro. 1:8; Is. 66:19).
Los libios son representados en los monumentos egipcios como hombres de tez clara, cabello y barba rubios y ojos azules. Colonos griegos se establecieron en su costa, con los que mantuvieron una doble relación de amistad y enfrentamiento. En un principio se dieron muchos matrimonios mixtos, pero una vez que aumentó la influencia de los colonos, los libios protagonizaron varias revueltas con resultado diverso. Las tribus bereberes del desierto también acosaron a las ciudades griegas asentadas en su territorio.
Por influencia egipcia, los libios adoptaron los cultos de Amón e Isis y construyeron grandes hipogeos al estilo egipcio. A su vez, los libios tomaron de los griegos el modelo de vida ciudadana. La lengua griega prevaleció como lengua culta. Se celebraban juegos al estilo griego y los jinetes libios alcanzaron grandes éxitos en Olimpia. Según Heródoto, de ellos aprendieron los griegos el uso del carro de cuatro caballos (Hist., IV, 170.189; VII, 86). El arte griego se extendió por toda la costa hasta Egipto y Cartago.
En la época romana, los libios serían los georgoí, «campesinos» descritos por Estrabón, que no debían de estar sometidos a la gleba, sino que gozarían de libertad, aunque no de ciudadanía. El territorio, exceptuando una estrecha franja costera, era en general fértil y estaba regado por lluvias periódicas. Los cultivos principales eran el olivo, el trigo y la cebada. Las tribus indígenas nunca se avinieron al dominio de Roma, protagonizando varias luchas civiles.
Los judíos eran muy numerosos en el país, pero dos rebeliones que tuvieron lugar durante los reinados de Vespasiano y Trajano casi los extinguieron. Un tal Jonatán, que se hacía pasar por el Mesías, apoyado en las capas más pobres de la colonia judía se levantó contra Roma, pero fue hecho prisionero y ejecutado. La segunda revuelta, en los años 115–117, fue mucho más grave. La rebelión se extendió a Egipto, Chipre y otras partes de Oriente hasta Mesopotamia. Las legiones romanas llevaron a cabo una feroz represión, de tal modo que Libia quedó despoblada en gran parte.
En tiempos del NT, algunos peregrinos judíos procedentes de Libia estaban presentes en Jerusalén durante la fiesta de Pentecostés cuando oyeron en su propia lengua el discurso del apóstol Pedro (Hch. 2:10). De > Cirene era Simón, a quien los soldados romanos obligaron a cargar la cruz de Cristo hasta el lugar de la crucifixión (Mt. 27:32), como también lo fueron algunos de los primeros cristianos de Antioquía (Hch. 11:20; 13:1) y algunos de los que se oponían a > Esteban (6:9). Ver CIRENE, LIBIA.