FENICIA

FENICIA Larga y estrecha región situada en el extremo este del Mediterráneo, y que se extiende desde ese mar al oeste, hasta las estribaciones de los montes del Líbano al este. Sus límites norte y sur son, respectivamente, el río Orontes y el monte Carmelo. Regada por varios ríos, entre ellos el Eleuteros, el Adonis y el Licos, Fenicia era una región fértil que producía cereales y frutas en gran abundancia. Su principal riqueza, sin embargo, eran las maderas que se encontraban en las estribaciones del Líbano, y especialmente los → CEDROS. Tres mil años a.C., los fenicios ya exportaban grandes cantidades de maderas a Egipto. Siglos más tarde, → HIRAM, rey de Tiro, suministró a David y a Salomón las maderas necesarias para sus grandes construcciones; por ejemplo, el famoso templo de Salomón. También cuando el templo se reconstruyó en tiempos de Esdras, se emplearon para ello maderas del Líbano, traídas por los habitantes de Fenicia (Esd 3:7). La riqueza en maderas, y el hecho de que su territorio estuviera limitado por montañas y por vecinos poderosos, llevaron a los fenicios a dedicarse a la navegación y el comercio. Desde sus inicios establecieron colonias comerciales en las islas de Chipre, Creta, Malta, Sicilia, Cerdeña y Córcega. Fundaron en el norte de África la ciudad de Cartago y en el sur de España la de Gades (hoy Cádiz). Sus empresas comerciales los llevaron hasta el norte del Atlántico, a lo que hoy es Inglaterra. De todas sus colonias, la más importante fue Cartago, que creció y llegó a dominar el Mediterráneo occidental y a rivalizar con Roma hasta que esta la destruyó totalmente. Fenicia nunca fue un reino unido. Era más bien una serie de ciudades fuertes, cada una con su propio rey. Estas ciudades rivalizaban entre sí. A veces se hacían la guerra y en otras alguna de ellas lograba la hegemonía sobre las demás. La región nunca fue un poder político unido y organizado como tal. Sus principales ciudades eran, de norte a sur, Arvad, Biblos (→ GEBAL), Biruta (hoy Beirut), Sidón y Tiro. Más tarde, cuando tres de estas ciudades se unieron en una confederación, surgió como capital de ella la ciudad de Trípolis. Puesto que Fenicia se encontraba en un lugar estratégico para las comunicaciones entre Egipto y el Asia Occidental, repetidamente fue objeto de la codicia de grandes imperios, y por ello permanecía sujeta al poderío, o al menos a la influencia, de la potencia más importante en cada período de su historia. Los fenicios se encontraban entre los opresores de Israel en el período de los jueces (Jue 3:3; 10:12). Sin embargo, en tiempos de Salomón las relaciones entre este y los habitantes de Fenicia parecen haber sido excelentes, pues Palestina les vendía productos agrícolas y ellos en cambio servían de agentes comerciales para los israelitas (2 S 5:11; 1 R 5; Ez 27). También se unieron a Salomón para establecer un puerto en el mar Rojo, y para tripular y navegar los buques mercantes (1 R 9:26–28; 10:11, 12). Después de la división del reino, hicieron alianza con Israel y se apartaron de Judá, a cuyos habitantes llegaron a vender como esclavos a los idumeos (Is 23; Ez 28; Jl 3:4–8; Am 1:9, 10). En cuanto al culto a → BAAL, que en Fenicia florecía, se trataba de un culto de fertilidad. El dios adoptaba diversos nombres en distintas localidades y junto a él había algunas otras deidades, de las cuales las más importantes para la historia del Antiguo Testamento son → ASTORET (2 R 23:13) y → DAGÓN (1 S 5:1–7). El culto a Astoret resultaba especialmente repugnante por razón de la prostitución que era parte de él. Además, en diversos cultos de Fenicia se practicaba el sacrificio humano. También se erigían altares en los montes y demás lugares elevados. Aunque al principio de nuestra era Fenicia no tenía gran importancia política, hay varias referencias a ella en el Nuevo Testamento. En Marcos 7:24–30 se habla de una mujer sirofenicia, y en Mateo 15:21–28 se dice que era cananea (el título que se le daba antiguamente a los habitantes de Fenicia). En Hechos 11:19 se nos dice que el cristianismo llegó rápidamente a Fenicia, y según Hechos 15:3 y 21:2 Pablo la visitó varias veces.

 

Aparte de la historia bíblica, Fenicia es importante para la historia general de la cultura, porque se dice que fue allí donde se inventó el alfabeto. El → ALFABETO fenicio contaba con veintidós letras, todas consonantes, y parece que de ellos los griegos y otros pueblos tomaron el alfabeto.