NÍNIVE

Heb. 5210 Nineweh, נִינְוֵה, de origen foráneo; Sept. Nineué, Νινευή o Nineuê, Νινευῆ, v. Nineuí, Νινευί. Capital del antiguo Imperio asirio, ciudad de gran poder, tamaño y renombre, una de las más antiguas del mundo. Los heb. daban el nombre de «Nínive» a la aglomeración que rodeaba la capital y ocupaba el distrito situado en la confluencia del Tigris y del Gran Zab (Gn. 10:11, 12; Jon. 1:2; 3:3; Jdt. 1:1). En un sentido más propio, Nínive era la ciudad que se elevaba sobre la ribera izquierda del Tigris, en la confluencia de este río y un pequeño afluente llamado actualmente el Khosr, a unos 43 km. por encima de la confluencia del Zab y del Tigris. Se extendía aprox. un km. sobre el Tigris frente a la ciudad moderna de Mosul, en el norte de Irak. Rodeada por tierras ricas y bien irrigadas, se situaba cerca de un vado sobre el Tigris muy frecuentado en la antigüedad, lo que le permitía controlar las principales rutas comerciales que cruzaban el río.
1. Historia.
2. Caída.
3. Arqueología.
I. HISTORIA. Los fundadores de Nínive fueron babilonios (Gn. 10:11). Manishtusu, de la dinastía semítica de Acad (hacia 2425–2245 a.C.) construyó un templo dedicado a Ishtar, divinidad tutelar de la ciudad. Varios pueblos propagaron este culto hasta Egipto y el suroeste del Asia Menor. Assur, a unos 95 km. al sur de Nínive sobre la ribera opuesta, fue al principio la sede del gobierno. Salmansar I (1280–1260 a.C.) hizo de ella la capital de Asiria y se construyó un palacio. Assurbanipal y su hijo y sucesor Salmansar III (885–825 a.C. aprox), ejercieron un gobierno bicefálico durante algún tiempo; tenían palacios residenciales en Nínive y en Calah. Sus sucesores, aunque tenían la capital en Nínive, disponían también de palacios en Calah, Dur-sharrukín y Tarbisu. La muralla de Nínive, construida en ladrillo y en piedra, ostentaba quince grandes puertas. El sector del este, de cerca de 5 km., contenía seis; el sector meridional, de 800 m, solo tenía la puerta de Assur; el sector occidental, de 4 km., tenía cinco puertas; el sector norte, de 1,9 km., tres puertas, las de Adad, Nergal y Sin.
Asiria, nación guerrera, embelleció su capital merced a los botines de sus conquistas. Nínive era asimismo un centro literario. Hacia el año 650 a.C., > Assurbanipal creó una gran biblioteca de tabletas de arcilla cubiertas de inscripciones cuneiformes relativas a la historia, liturgia, encantamientos, astronomía, astrología y matemáticas. Se trata, sobre todo, de copias de obras antiguas que provenían de Babilonia. Nínive se merecía el calificativo de «ciudad sanguinaria» que le dio el profeta Nahúm (Nah. 3:1). A través de la historia, guerreó contra las naciones vecinas, y empleó la más feroz de las crueldades para con los vencidos. Después de sus victorias, Assurbanipal se dedicaba a cortar manos, pies, nariz y orejas de sus prisioneros; les sacaba los ojos y levantaba montañas de cabezas humanas. A su muerte (625 a.C.), el Imperio asirio inició su decadencia.
II. CAÍDA. A Assurbanipal le sucedieron sus hijos Assuretil-ilani (625–621) y Sin-sariskun (621–612), que se enfrentaron en una guerra civil. Nabopolasar, gobernador de Babilonia, aprovechó la ocasión para proclamarse soberano independiente. Diez años después, pasó a la ofensiva mediante la alianza con los medos y escitas. La coalición intentaba sacudirse el yugo asirio. Las operaciones comenzaron en el año 616, pero no fue hasta el 612 que los aliados descendieron sobre la llanura y acometieron la conquista de Nínive. Dos años antes, en 614, lo medos de Ciaxares habían intentado asaltar la ciudad, pero les resultó imposible debido a sus formidables defensas. Finalmente, el 612 los ejércitos babilonio y medo se unieron en el Tigris para avanzar conjuntamente sobre Nínive. La ciudad fue rodeada y sometida durante tres meses a un duro asedio. Para minar sus defensas se emplearon todo tipo de ingenios y tácticas. En una ocasión se desvió el curso del río Khosr y se ataco la ciudad por sus dos extremos para debilitar de esta manera la capacidad de respuesta asiria. El asalto definitivo parece que vino por el curso, ya seco, del río Khosr. La Biblia nos habla de la entrada en la ciudad por ese punto y del asalto al templo de Istar, de cómo las sacerdotisas de la diosa se lamentaban del saqueo de aquel santuario y de la matanza sin tregua en la urbe. Nínive fue arrasada totalmente, el rey asirio Sin-sariskun murió, y nadie lamentó aquella destrucción ni se preocupó por reconstruirla. Mientras Babilonia se iba poblando de nuevo, Nínive quedó abandonada completamente y hasta se perdió el recuerdo del lugar donde se levantaba. Los oprimidos hebreos entonaron voces de alegría, al unísono con otros pueblos subyugados, cuando recibieron la noticia de la caída de la «ciudad sanguinaria». Se cumplió la palabra del profeta Nahúm cuando dijo: «No hay medicina para tu quebranto; tu llaga es incurable. Todos los que oyen de tu fama aplaudirán a causa de ti» (Nah. 3:19). Durante un tiempo quedó como un proverbio de caída y destrucción total: «Esta es la ciudad alegre que habitaba confiadamente, la que decía en su corazón: Sólo yo y nadie más. ¡Cómo ha sido convertida en horror, en guarida de fieras! Cualquiera que pase junto a ella silbará y agitará la mano» (Sof. 2:15).
III. ARQUEOLOGÍA. La devastación de la ciudad fue tan grande que después de la época griega y romana llegó a considerarse su misma existencia como un mito. Pero yacían ruinas muy importantes escondidas bajo las masas de escombros. En 1820, un funcionario inglés de Bagdad, llamado Rich, examinó el tell de Kouyoundjik, sobre la orilla izquierda del Tigris, y se quedó convencido de que allí se hallaban las ruinas de Nínive. En 1842, Botta, cónsul de Francia en Mosul, en la ribera derecha del Tigris, comenzó las excavaciones. Pronto quedó atraída su atención por Korsabad, a 16 km. de Mosul, la antigua localidad de Dur-sharrukin, donde descubrió el palacio de Sargón. Desde 1845 a 1850, el inglés Layard exploró Nimrod, a 29 km. al sur de Kouyoundjik, excavando a continuación este lugar, que resultó ser Nínive, donde Senaquerib había construido un espléndido palacio con 71 salas y cámaras con muros decorados por esculturas. En este mismo lugar descubrió Rasam (en 1853), el palacio de Assurbanipal con su famosa biblioteca, que hoy se encuentra en el Museo Británico, y contiene el relato babilónico del diluvio (Gilgamés XI), publicado posteriormente por George Smith en diciembre de 1872.
Se ha podido establecer cuál era el plan de las fortificaciones (de 12 a 15 m. de altura) de la ciudad, y se dedujo que tenía 5 km. de longitud por unos 2, 5 de anchura. Pero ya se ha mencionado que los heb., y posiblemente otros pueblos, designaban con el nombre de Nínive una vasta aglomeración que englobaba Calah, a 29 km. al sur; Resen, entre Calah y Nínive; y Rehobot-Hir, un gran distrito de la ciudad, posiblemente Rebit-Nina, situado al noreste de la ciudad. Gn. 10:11, 12 enumera estas cuatro localidades, cuyo conjunto formaba «la gran ciudad».
Había otras urbes en los alrededores unidas a esta área metropolitana. Yarimdja marca el emplazamiento de una de ellas, junto al río, inmediatamente al sur de Nínive. Cerca del Tigris, a más de 4,5 km. río arriba, se hallaba Tarbisu; su palacio real marcaba el comienzo de una serie de bellas localidades y ciudades fortificadas que bordeaban el río hacia el sur en dirección a Calah (Nimrud). Detrás del río, al noreste de Nínive, y más allá de Rebit-Nina, se elevaba Dur-sharrukín, al pie de los montes orientales. Esta ciudad fuerte, construida hacia el año 707 a.C. por Sargón, tenía una extensión casi como la de Calah, y poseía el vasto palacio descubierto por Botta. A más de 11 km al sureste de Dur-sharrukín, al pie de la cadena oriental, se hallaba otra ciudad importante, cuyo nombre antiguo se desconoce; su emplazamiento está cercano a Baasheihah. 10 km. más al sur, la localidad de Birtelleh marca asimismo el emplazamiento de una antigua población. Keremlis, a 5 km. más al sur, se halla sobre el emplazamiento de una ciudad antigua. Por fin, a más de 10 km. más hacia el sur, se halla Imgurbel, cuyo palacio y templo fueron adornados por Assurbanipal. Este lugar se halla a 14 km. al noreste de Cala. Otras ciudades y pueblos estaban dispersos por la llanura. En el siglo I a.C., Diódoro de Sicilia, fundándose en una tradición auténtica, afirma que Nínive tenía forma de rectángulo, con unas dimensiones de 150 por 90 estadios; por ello, su perímetro era de 480 estadios, o 90 km. Años más tarde, Estrabón afirmaba que Nínive había sido mucho mayor que Babilonia. Esto explica la declaración de Jonás 3:3: «Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino», entendiendo por esta designación lo que hoy se llama «triángulo asirio», que comprendía desde Khorsabad, al norte, hasta Nimrud, al sur. Véase ASIRIA, SALMANSAR.