Mano

Heb.: 3027 yad, יָד = «mano [abierta]», como indicación de poder, de medios; 3709 kaph, כַּף = «hueco [de la mano], palma [de la mano]»; gr. 5495 kheír, χείρ = «mano»; heb. 3233 yemaní, יְמָנִי = «mano derecha»; gr. dexiá, δεξιά = «la mano derecha»; 1188 dexiós, δεξιός, «diestra»; 8040 semol, שְׂמאוֹל, es una palabra primitiva, conlleva la idea de envolver = «norte, siniestra, izquierda, mano izquierda»; gr. 2176 euónymos, εὐώνυμος, lit. «de buen nombre», o «presagio», palabra adoptada para evitar el mal presagio que acompaña a la izquierda, que se usa eufemísticamente en lugar de 710 aristerós, ἀριστερός = «siniestra, mano izquierda», en cuanto opuesta a la mano derecha.
1. Uso de la mano.
2. La mano de Dios.
3. Expresiones figuradas.
I. USO DE LA MANO. En sentido propio, la mano es el miembro articulado al extremo del brazo. Para los antiguos incluía la muñeca. Hay pasajes en los que se mencionan los brazaletes como adornos de la mano (Gn. 24:22, 30, 47; Ez. 23:42); también las Escrituras hablan de cadenas en las manos (Jue. 15:14, heb. yad, יָד, «mano», y no «brazo», como se traduce en la RV). También designa los «dedos», como en Gn. 41:42, etc., donde se ponen los anillos.
En la Ley de Talión se demandaba «mano por mano» (Ex. 21:24; Dt. 19:21). En Dt. 25:12 se ordena cortar la mano a la mujer que haya cometido un acto deshonroso. Los egipcios solían cortar las manos a los prisioneros.
La mano izquierda siempre se ha considerado de mala suerte, de ahí el nombre «siniestra», por el que también se la conoce, equivalente a «desafortunada». Esto era especialmente real entre los supersticiosos griegos y romanos. Entre los hebreos servía para indicar el norte (Job 23:9; Gn. 14:15), y todo lo contrapuesto a la derecha. La persona zurda es lit. la «impedida de la mano derecha», para la que el heb. necesita varias palabras, a saber, 334 3027 3225 itter yad yamín, אִטֵּר יַד יָמִין; gr. amphoterodexios, ἀμφοτεροδέξιος. Zurdo famoso de la Biblia es > Ehud, uno de los libertadores, que mató a Eglón, rey de Moab (Jue. 3:15; 20:16). Entre los hijos de Benjamín había 700 hombres escogidos que eran zurdos, «todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no fallaban» (Jue. 20:15–17).
En cuanto miembros ejecutores de la actividad humana, «manos puras» es igual a acciones puras; «manos injustas», a hechos de maldad o injusticia; «manos llenas de sangre» hacen referencia a acciones criminales (Sal. 90:17; Job 9:30; 1 Ti. 2:8; Is. 1:15). Lavarse las manos era una acción simbólica por la que el sujeto quería significar su inocencia respecto a un asunto imputado (Sal. 26:6; 73:13; Mt. 27:24). Los judíos tenían por costumbre lavarse antes y después de la comida, tanto por razones higiénicas como rituales (Mc. 7:3; Mt. 6:2; Lc. 11:38).
Entre los griegos, «alzar mano» era el método antiguo de votar en las asambleas públicas, expresado por el término kheirotoneo, χειροτονέω (Hch. 14:23; 2 Cor. 8:19).
Los sacerdotes ponían las manos sobre la cabeza del chivo expiatorio cuando el pueblo confesaba sus pecados públicamente (Lv. 16:21). Asimismo el pueblo, al presentar sus sacrificios por el pecado, tenía que colocar su mano sobre la víctima (Lv. 1:4). Los testigos de un delito tenían que ser los primeros en ejecutar el castigo, «después la mano de todo el pueblo» (Dt. 17:7; 13:9).
II. LA MANO DE DIOS. En sentido figurado, la mano simboliza el poder (2 R. 3:15), la protección y el favor (Sal. 16:8; 109:31; 110:5; 12, 15). Así, se habla de la «mano de Dios» como instrumento de su poder (Job 27:11; Sal. 31:16; 95:4; Is. 62:3; Prov. 21:1; Hch. 4:28; 1 Pd. 5:6). La mano de Dios sobre alguien denota favor o ayuda divina (Esd. 7:6, 28; 8:18, 22, 13; Neh. 2:8; Is. 1:25; Lc. 1:66; Hch. 11:21); por el contrario, la mano del Señor contra alguien significa castigo (Ex. 9:3; Dt. 2:15; Jue. 2:15; 1 Sam. 7:13; 12:15; Ez. 13:9; Am. 1:8; Hch. 13:11). La mano de Dios sobre un profeta indica la acción inmediata del Espíritu Santo sobre el alma o el cuerpo del profeta 1 R. 18:46; 2 R. 3:15; Ez. 1:3; 3:22; 8:1). La misma acción se atribuye al «dedo de Dios» (Lc. 11:20; Mt. 12:28).
III. EXPRESIONES FIGURADAS. «Abrir la mano al pobre» significa ser generoso (Dt. 15:11); enviar a alguien «con las manos vacías»», p.ej. un esclavo liberado, significa despedirlo sin darle nada, lo cual estaba prohibido (Dt. 15:13); «alargar la mano» (Gn. 3:22) significa la acción de alcanzar algo; «alzar la mano» (Is. 10:32) o «sacudir la mano» (Sof. 2:15) significa desafiar.
La tristeza y el dolor se expresaban «poniendo la mano sobre la cabeza» (2 Sam. 13:19; Jer. 2:37); así aparece en imágenes egipcias en las que hay escenas de duelo.
Las manos «se baten» en expresión tanto de ira como de gozo (Nm. 24:10); también de esta manera se expresa el propio desprecio sobre el vencido (Job 27:23; Lm. 2:15; Nah. 3:19). El acto de «tomar la vida en su mano» es arriesgarla (1 Sam. 19:5; 28:21).
«Alzar la mano a los cielos» era un gesto que acompañaba al acto de jurar (Dt. 32:40); «alzar la mano al pueblo» formaba parte del acto de bendecir a la multitud (Lv. 9:22). El Señor también bendijo a los suyos alzando las manos, en la Ascensión (Lc. 24:50). En la oración deben alzarse manos santas (1 Ti. 2:8).
«Poner la mano sobre la boca» es señal de silencio (Job 21:5; 40:4; Miq. 7:16). En Prov. 19:24 se da una vívida imagen de la pereza, en la que el perezoso ni aun levanta su mano del plato para alimentarse (cf. Prov. 26:15).
Es importante también para designar posición. Estar a la mano derecha significa honor (Sal. 45:9; 1 R. 2:19; Lc. 20:42; 22:69), y se aplica de un modo especial al Señor resucitado, «sentado a la diestra de Dios» (Mt. 26:64; Mc. 14:62; 16:19; Ro. 8:34; Col. 3:1; 1 Pd. 3:22; Heb. 1:3, 13; 8:1; 10:12; 12:2; Sal. 110:1). En el juicio de las naciones, los salvos estarán a la derecha (el lado honroso) del Juez, en tanto que los perdidos estarán a su izquierda (Mt. 25:33 y ss). En estos pasajes, los términos usados no se traducen en castellano como «mano…», sino como «derecha» o «izquierda». Véase BRAZO, DEDO, DIESTRA, IZQUIERDA, IMPOSICIÓN DE MANOS, ZURDO.