ESCRITURAS

ESCRITURAS Término empleado en distintas religiones para referirse a sus propios libros sagrados. Así, por ejemplo, las Escrituras del Islam son el Corán. En el Nuevo Testamento este término designa los libros sagrados del judaísmo, es decir, el Antiguo Testamento, aunque ya en 2 P 3:16 las Escrituras incluyen las epístolas paulinas. En el siglo II d.C. los cristianos empleaban el mismo término para referirse tanto al Antiguo Testamento como a varios de los libros que después formaron el Nuevo Testamento (→ CANON DEL NUEVO TESTAMENTO). A veces se emplea también para referirse a una de las tres divisiones principales del Antiguo Testamento, que serían entonces: Ley, Profetas y Escrituras. (→ CANON DEL ANTIGUO TESTAMENTO.)
Lucas, al destacar la unanimidad del testimonio de las Escrituras respecto a Jesucristo (18:31; 21:22; 24:44; etc.) emplea la expresión «todo lo que está escrito». Pablo prefiere «la Escritura», frase a la que incluso llega a personificar (Gl 3:8, 22; cf. Ro 11:2). Muy pocas veces «la Escritura» se refiere a un texto particular del Antiguo Testamento (por ejemplo, Mc 12:10; Jn 19:37). De esto se infiere que la iglesia se interesaba menos en demostrar la correspondencia existente entre un detalle del libro sagrado y otro de la vida de Jesús, que en subrayar la correspondencia fundamental entre la → PALABRA DE DIOS de antaño y la nueva palabra pronunciada en el Hijo. (→ BIBLIA.)

ESCRITURAS (LAS). Se llaman indistintamente La Escritura y Las Escrituras, refiriéndose a las revelaciones divinas consignadas por escrito en distintas épocas y en conjunto, formando una fuente autorizada de fe para el pueblo de Dios. Al principio se asocian con la ley (Éx. 34; Dt. 5). Moisés escribió «El libro de Alianza» (Dt. 31: Éx. 24). Desde que la ley o tora, la primera y más sagrada parte del canon, quedó fijada, se emplea la frase «como está escrito» (2 Cr. 30:5, 18; Neh. 8:15). Jesús y Pablo emplean la misma fórmula al referirse al Antiguo Testamento (Mt. 4:4; Ro. 1:17). Los escritores del Nuevo Testamento, siguiendo la costumbre de los rabinos, hablan indistintamente de «La Escritura» y «Las Escrituras» (Mr. 12:10; Jn. 7:28; Lc. 24:27; 1 P. 2:6). Pedro habla de las epístolas de Pablo como «Escrituras». Bernabé y Clemente citan palabras de Jesús como «Escritura». A partir de Ireneo (siglo II) los Padres designan el Antiguo y Nuevo Testamento en su totalidad como las Santas Escrituras.