IMAGEN

IMAGEN
1. eikon (εἰκών, 1504) denota imagen. Este término incluye las dos ideas de representación y manifestación. «La idea de perfección no reside en la palabra misma, sino que tiene que ser encontrada en el contexto» (Lightfoot); los siguientes casos muestran con claridad las distinciones entre la semejanza imperfecta y perfecta.
Esta palabra se usa: (1) de una imagen en una moneda, no una mera semejanza (Mt 22.20; Mc 12.16; Lc 20.24); también de una estatua o representación similar, más que una semejanza (Ro 1.23; Ap 13.14,15, tres veces; 14.9,11; 15.2; 16.2; 19.20; 20.4); de los descendientes de Adán como portadores de su imagen (1 Co 15.49), siendo cada uno de ellos una representación derivada del prototipo; (2) de cosas relacionadas con cosas espirituales (Heb 10.1), negativamente, de la ley como siendo «sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas», esto es, no la forma esencial y sustancial de ellas. El contraste ha sido asemejado a la diferencia entre una estatua y la sombra que ella arroja; (3) de las relaciones entre Dios el Padre, Cristo, y el hombre: (a) del hombre tal como fue creado como representación visible de Dios (1 Co 11.7), un ser que se corresponde con el original. La condición del hombre como criatura caída no ha borrado totalmente la imagen; sigue siendo capaz de llevar responsabilidad, sigue teniendo cualidades correspondientes a las divinas, como el amor a la bondad y a la belleza, que no se hallan en ningún animal. En la caída el hombre dejó de ser un vehículo perfecto para la representación de Dios. La gracia de Dios en Cristo cumplirá aún más que lo que perdió Adán; (b) de personas regeneradas, en su condición de representaciones morales de lo que es Dios (Col 3.10; cf. Ef 4.24); (c) de creyentes, en su estado glorificado, no meramente en cuanto a que sean semejantes a Cristo, sino representándole (Ro 8.29; 1 Co 15.49). Aquí la perfección es obra de la gracia divina; los creyentes tienen aún que representar, no a alguien como Él, sino lo que Él es en sí mismo, tanto en su cuerpo espiritual como en su carácter moral; (d) de Cristo en relación con Dios (2 Co 4.4: «la imagen de Dios»), esto es esencial y absolutamente la expresión y representación perfectas del arquetipo, Dios el Padre; en Col 1.15: «la imagen del Dios invisible» da el pensamiento adicional sugerido por la palabra «invisible», de que Cristo es la representación visible y manifestación de Dios a los seres creados. La semejanza expresada en esta manifestación está involucrada en las relaciones esenciales en la Deidad, y es por ello singular y perfecta; «el que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn 14.9). «El calificativo «invisible» … no debe confinarse a la percepción de los sentidos corporales, sino que debe incluir también la percepción del ojo interior» (Lightfoot).¶
En cuanto a términos sinónimos, jomoima, semejanza, destaca el parecido con un arquetipo, aunque el parecido pueda no ser derivado, en tanto que eikon es una semejanza derivada (véase SEMEJANZA); eidos, forma, apariencia, aspecto, es una apariencia, «no necesariamente basada en la realidad» (véase FORMA, Nº 4); skia es «una semejanza oscurecida» (véase SOMBRA); morfe es «forma, como indicación del ser interior» (Abbott-Smith); véase FORMA. Para carakter, véase Nº 2.
2. carakter (χαρακτήρ, 5481) denota, en primer lugar, una herramienta para grabar (de carasso, cortar dentro, absorber; cf. en castellano, carácter, característico); luego, una estampa o impresión, como sobre una moneda o un sello, en cuyo caso el sello o cuño que hace una impresión lleva la imagen que produce, y, viceversa, todas las características de la imagen se corresponden respectivamente con las del instrumento que las ha producido. En el NT se usa metafóricamente en Heb 1.3, del Hijo de Dios como «la imagen misma de su sustancia» (margen RVR77: «lit.: impronta»). Esta frase expresa el hecho de que el Hijo «es a la vez personalmente distinto de, y con todo literalmente igual a, aquel de cuya esencia Él es la impronta adecuada» (Liddon). El Hijo de Dios no es meramente su imagen (su carakter), sino que es la imagen o impronta de su sustancia, o esencia. Es el hecho de la completa similaridad lo que este término destaca, en comparación con las mencionadas al final del Nº 1.¶ En la LXX, Lv 13.28, «la marca (de la inflamación)».¶
«En Jn 1.1–3, Col 1.15–17 y Heb 1.2,3, la función especial de crear y de sostener el universo es adscrita a Cristo bajo sus títulos de «Palabra», «Imagen», e «Hijo», respectivamente. La condición de Creador que se predica de Él no es la de un mero instrumento o artífice en la formación del mundo, sino la de aquel «por medio de quien, en quien y para quien» todas las cosas han sido hechas, y por quien todas las cosas subsisten. Esto implica la afirmación de su deidad verdadera y absoluta» (Laidlaw, en Hastings’ Bible Dictionary).
Nota: El término similar caragma, marca (véanse ESCULTURA y MARCA), tiene el significado más limitado de la cosa estampada o acuñada, sin denotar la característica especial de aquello que la produce (p.ej., Ap 13.16,17).
3. eidolon (εἴδωλον, 1497), ídolo. Se traduce imagen en Ap 9.20; véase .