FILISTEA, FILISTEOS

FILISTEA, FILISTEOS Filistea fue una franja de tierra en la costa de Palestina entre Jope y el riachuelo de Gase, unos 10 km al sur de Gaza (Sal 60:8; 87:4; Is 14:29, 31; Jer 25:20; Jl 3:4). Esta llanura litoral se conoce también con el nombre de la → SEFELA.
Los filisteos fueron un pueblo no semítico, de origen indoeuropeo, que ocupó la parte sur de la costa de Palestina. Junto con los egeos, los micenios y otros, formaban parte de los llamados «pueblos del Mar» que habitaban las islas y las costas septentrionales del mar Egeo. Fueron expulsados de sus territorios al producirse los grandes movimientos migratorios en el este del Mediterráneo y el sudeste de Europa, durante la última parte del segundo milenio a.C., después del colapso de su gran civilización, que la Ilı́ada y la Odisea de Homero describen.
Los descubrimientos arquelógicos más recientes indican que los filisteos se desarrollaron por varios siglos como parte de la gran cultura egeomicénica. Al abandonar sus territorios invadieron, junto con otros pueblos, a Egipto, por vía de Chipre. De Egipto fueron expulsados por Ramsés II y III y Merneptah, aproximadamente entre el año 1285 y el año 1175 a.C. La confederación de pueblos, bajo el mando de los filisteos, arribó a las costas de Palestina en donde se estableció definitivamente.
Según la tradición bíblica, los filisteos llegaron de → CAFTOR, una isla comúnmente identificada con Creta, aunque algunos han sugerido la identificación con Chipre (Jer 47:4; Am 9:7). Las referencias a Filistea y a la «tierra de los filisteos» o al «mar de los filisteos» en Génesis 21:32, 34 y Éxodo 13:17; 15:14; 23:31 parecen estar fuera de lugar, aunque podrían referirse a una colonia de egeos o cretenses que Egipto mantenía en Palestina, hecho que no sería nada fuera de lo común.
Los → CERETEOS, peleteos, geteos y → CARIOS (2 S 15:18; cf. 1 S 30:14; 1 R 1:38, 44; 2 R 11:4–8), que integraron la guardia real de la casa de David, los conocemos, por sus nombres de origen egeomiscénico, como parte de la confederación filistea.
Hasta recientemente, se sabía muy poco de la cultura de los filisteos, aparte de que eran despreciados por los israelitas por ser incircuncisos (Jue 14:3; 15:18; 1 S 17:26; 18:25). Se conservan escasos documentos en la lengua egea de los filisteos, aunque sí sabemos que su idioma influyó en el idioma hebreo. Parece que los filisteos fueron perdiendo paulatinamente su lengua y asimilaron un dialecto cananeo que gradualmente formó el llamado «idioma de Asdod» (Neh 13:24), que bien puede ser el arameo.
Solo conocemos el nombre semítico de algunos de los dioses de los filisteos. Según la Ilı́ada, los micenios adoraban a Apolo Esminteo, el «dios ratón», que controlaba la plaga bubónica y hacían en su honor pequeñas imágenes de ratones para aplacarlo (cf. 1 S 5–6). En Gaza y Asdod había templos a → DAGÓN (Jue 16:23; 1 S 5:1–7), en Ascalón había uno a Astarte y en Ecrón uno a → BAALZEBUB (2 R 1:1–16). Los filisteos tenían fama de agoreros (Is 2:6).
Socialmente, se agruparon en cinco ciudades-estado, a la usanza egeomicénica: Gaza, Asdod, Ascalón, Gat y Ecrón. Los nombres de estas ciudades aparecen en antiguos documentos cananeos, lo que indica que los filisteos las arrebataron a sus primitivos moradores cananeos. Estas ciudades-estado eran gobernadas por «príncipes» o «señores» (1 S 29:1–7), títulos de origen egeo.
La civilización filistea ha sido conocida un poco por las excavaciones realizadas en la llanura de Sefela. Estas excavaciones han arrojado considerable cantidad de cerámica de dos tipos de gran parecido a la cerámica procedente de la cultura egeomicénica. Esto ha permitido confirmar la tesis de que los filisteos derivan de pueblos prehelénicos del mar Egeo y fijar con bastante precisión las diferentes etapas de la colonización de la costa de → CANAÁN.
La historia de los filisteos puede dividirse en tres períodos: a) de su llegada a Palestina hasta ser derrotados por David (ca. 1188–965); b) de Salomón hasta el reinado de Acaz (ca. 960–735); y c) de la dominación asirio-babilónica hasta la incorporación por los helenos (ca. 735–586). Los filisteos ocuparon la costa de Palestina hacia el siglo XII e inmediatamente iniciaron su expansión territorial. De este primer período es muy poco lo que se sabe.

 

Las fuentes arqueológicas y literarias conservan, sin embargo, abundantes detalles de la etapa a partir del contacto con los israelitas, en los inicios de la conquista de Canaán.
Los filisteos tenían un ejército bien organizado y armado (1 S 13:5; 29:2; 31:3), con elementos mercenarios y fuerzas de choque (1 S 13:17, 18; 2 S 21:18–22). Conocían el hierro y no permitían que los israelitas lo utilizaran libremente (1 S 13:19–22). Debido a esta superioridad militar, fueron el principal enemigo de Israel durante el período de los jueces (1 S 4:1–10).
Samuel y Saúl (ca. 1050 y 1020 a.C.) lograron detener el avance filisteo, pero después de la muerte de Saúl volvieron a dominar gran parte del territorio. Solo fueron expulsados del sur de Palestina durante el reinado de David (990 a.C.). Desde ese momento, los filisteos pasaron a desempeñar un papel muy secundario e iniciaron su decadencia, lo cual permitió que los fenicios principiaran su gran expansión marítima (cf. 1 S 17; 27; 2 S 5:17–25). Años después, al debilitarse la dominación israelita, los filisteos incursionaron frecuentemente sobre el territorio y se alternaban en el dominio de las ciudades.
Durante el reinado de Acaz, los filisteos ocuparon algunas ciudades de la Sefela y el Neguev (2 Cr 28:18; Is 9:12; 14:28–32). Esta ocupación duró poco tiempo porque Tiglat-pileser III invadió Palestina y capturó Ascalón y Gaza en el año 734 a.C.
Durante los reinados de Esar-hadón y Asurbanipal de Asiria, los filisteos pagaron tributo a los gobernantes asirios y, sobre todo, proporcionaron soldados al ejército asirio. A la caída del poderío de los asirios, reemplazados por el nuevo poder de Babilonia, los filisteos se aliaron con Egipto. Nabucodonosor atacó esta coalición y deportó a Babilonia a los habitantes de las principales ciudades filisteas (Jer 25:20; 47:2–7; Sof 2:4–7; Zac 9:5, 6).
La historia posterior de los filisteos muestra cómo poco a poco fueron asimilados por los fenicios y por los pueblos helénicos. Estos pueblos ocuparon paulatinamente los territorios y los filisteos desaparecieron como entidad racial. Sin embargo, la huella dejada por los filisteos fue profunda en la mente de los israelitas, especialmente los profetas, que vieron en ellos la imagen misma del enemigo por excelencia del pueblo de Dios.
En la geografía, los filisteos dieron nombre a toda la región, la cual fue llamada Palestina hasta el establecimiento de la república de Israel. Un país denominado Palestina surgió otra vez en 1994 en el escenario de la historia.