Mes

El mes hebreo era un mes lunar. El cálculo se hacía en base a veintinueve días y medio, pero se ajustaban treinta días para un mes y veintinueve para el siguiente. Los primeros meses se llamaban «completos» y los de veintinueve días «incompletos». Cada uno comenzaba en el momento en que se vislumbraba la primera creciente de la nueva luna al atardecer. Muy antiguamente, se apostaban observadores para vigilar la aparición, y luego la anunciación formaba parte del rito del templo. Al pasar los años se utilizaron métodos de cálculo más seguros. El primer día de cada mes se consideraba día santo. Fue necesario ajustar este calendario al año solar, pero se desconocen los detalles precisos del ajuste. Posiblemente se intercaló un decimotercer mes a la mitad o al fin del año.
En el éxodo de Egipto, Dios mandó que el año comenzara con → Abib (nisán), séptimo mes del año civil. Desde ese entonces el año sagrado comenzó con nisán, pero tanto el sistema antiguo como este se usaban simultáneamente. La nomenclatura de algunos meses se origina en la cultura fenicio-palestina, y se les llamó generalmente 1o., 2o., 3.er mes, etc. En los tiempos del poscautiverio se adoptaron los nombres del calendario babilónico.