Marción

Hereje del siglo II (aprox. 80–160), criado en Sínope del Ponto, a orillas del mar Negro, donde parece ser que su padre era obispo y él mismo un rico armador. Por razones que ignoramos, aborrecía a los judíos y, juzgando sin duda que la Iglesia de su tiempo no había roto suficientemente con la sinagoga, decidió darle al cristinianismo una nueva orientación. Bastaba con suprimir o anular todo el AT para no tener nada en común con el Dios de los judíos, al que veía como un verdugo; el verdadero buen Dios, el único, era el que nos había enviado a Jesús para salvarnos. Fue a la ciudad imperial ofreciendo a la sede romana una respetable suma de dinero, 200.000 sextercios, pero el año 144 fue excomulgado a causa de sus enseñanzas y se le devolvió el dinero que había dado. Marción, despechado, reaccionó violentamente prometiendo: «¡Destruiré vuestra Iglesia!», y al momento emprendió la fundación de una iglesia particular.
A Marción se le conoce mejor por su obra sobre el texto y el canon de la Biblia. Al rechazar el AT como libro no cristiano, recopiló su propio canon del NT consistente en una versión abreviada del Evangelio según Lucas y diez epístolas de Pablo, pues excluyó las Pastorales. Su teología consiste en una serie de antítesis o contradicciones entre el AT y el NT. De todos sus escritos, solo ha llegado a nosotros lo que puede verse en las citas de los autores eclesiásticos que le refutaron, especialmente los cinco libros de Tertuliano Contra Marcionem (Contra Marción).
Distinguía entre el dios creador del AT, el dios de los judíos, vengativo y malhechor, con características irreconciliables, y el Dios Redentor, el Padre amoroso, un Dios desconocido en el AT hasta que fue revelado por Jesucristo. Cristo no era el Mesías, sino el que reveló al Padre el año 15 del emperador Tiberio. Con esta fecha, Marción ocultaba los detalles de la concepción y del nacimiento de Jesús. Según él, Cristo no nació, sino que apareció en el mundo, sin más. Pareció que sufría, pero solo murió para comprar la salvación de los hombres y se resucitó a sí mismo del sepulcro. Los primeros discípulos de Cristo se hicieron judaizantes, por lo que el Padre llamó a Pablo para restablecer el verdadero Evangelio. Aun así, algunas de sus epístolas sufrieron interpolaciones de parte de los judaizantes, de manera que Marción tuvo que restaurar los “verdaderos” escritos paulinos.
Según Marción, la carne es impura; por lo tanto, solo los no casados deben ser bautizados; el resto, al final de la vida, pues tiene que abrirse la puerta de la redención para todos. La salvación es de pura gracia; no existe ninguna ley. Y en la comunión no debe usarse el vino, sino solo agua.
Rechazó la interpretación > alegórica de la Biblia, por la cual los exegetas «cristianizaban» el AT.
Los Padres de la Iglesia reaccionaron, no solo refutando sus heréticas enseñanzas, sino también acelerando la formulación de un canon, un credo y una organización de la Iglesia de acuerdo con las enseñanzas del NT.