LAODICENSES, Carta a los

Carta perdida de San Pablo. En la carta a los Colosenses, el Apóstol encarga a los destinatarios que cuiden de que la carta que se les dirige se lea también públicamente en Laodicea, y que ellos mismos lean a su vez una carta enviada a los laodicenses (ten ek Laodikeías, τὴν ἐκ Λαοδικείας, Col. 4:16). La desaparición de esta carta ha originado muchas discusiones, y en su momento dio origen a un escrito apócrifo con este nombre. Para unos esto es un claro ejemplo de la existencia de libros inspirados perdidos; para otros, en cambio, sería la actual carta a los Efesios (Marción, Grotio, Mill, Wetstein y muchos otros críticos), lo cual es poco probable.