NEHEMÍAS, Libro de

Obra clasificada entre los libros históricos en el canon cristiano y entre los Kethubim o Escritos en el canon hebreo, en penúltimo lugar más concretamente, antes de los libros de Crónicas, que le ponen el punto final. En el antiguo canon judío forma un solo libro con Esdras. Su comienzo evidencia continuidad con respecto al libro de Esdras: «Y aconteció» (wayehí, וַיְהִי, v. 1), a quien la tradición considera autor de ambos escritos.
1. Titulo y autoría.
2. Contenido.
3. Unidad interna del libro.
4. Tiempo de composición.
I. TÍTULO Y AUTORÍA. Heb. Dibré Nejemeyah דִּבְרֵי נְחֶמְיָה = «Palabras de Nehemías»; Sept. Logoi Neemía, λόγοι Νεεμία; Vulg. Liber Nehemiae qui et Esdrae secundus dicitur = «Libro de Nehemías, que también se llama Segundo de Esdras». Así pues, según el título, el libro contiene las «palabras de Nehemías»; de hecho, el libro está escrito casi completamente en primera persona. Por «palabras» hay que entender no solo discursos o relatos, sino hechos y experiencias de Nehemías, por lo tanto historia de Nehemías, aplicando así al término dibré (דִּבְרֵי) el doble significado de «palabras y cosas». Pero דִּבְרֵי solo tiene el significado de palabras o discurso en los títulos de los libros proféticos o en los escritos de hombres cuyo oficio era proclamar la palabra (cf. p. ej. Jer. 1:1; Os. 1:1), en tanto que los escritos de contenido histórico דִּבְרֵי tiene que ver con la vida y obra que se describe; así, p. ej., en los «Hechos de David» (1 Cro. 22:19); «Hechos de Salomón» (1 R. 11:41; cf. 2 Cro. 9:29); la historia de David y Salomón (1 R. 14:19); los hechos de Jeroboam y de todos los reyes, donde consta lo que obraron durante su reinado. Por esta razón, Lutero y de Wette tradujeron correctamente el título del presente libro: La historia de Nehemías. El título expresa en primer lugar que el siguiente texto trata de cosas, a saber, hechos y experiencias de Nehemías, sin ofrecer información alguna acerca del autor de la obra. La información de que Nehemías mismo escribió sus hechos en este libro se da a partir del relato en primera persona.
Durante los siglos XIX y XX era común la hipótesis de una obra del «cronista», que abarcaba 1–2 Crónicas y Esdras-Nehemías, pues tienen un estilo común. Sin embargo, últimamente es más común distinguirlos: 1–2 Crónicas y Esdras-Nehemías, porque contienen diferencias teológicas importantes. Los críticos modernos consideran que es una obra anónima que compila materiales escritos por Esdras y Nehemías.
II. CONTENIDO. Los caps. 1–7 y 11–13 representan las «Memorias de Nehemías» sobre asuntos civiles, mientras que los caps. 8–10 tratan de la contribución espiritual de > Esdras: la lectura pública de la Ley y el compromiso del pueblo en la renovación del Pacto con Yahvé.
Nehemías, judío de la diáspora, hijo de un desconocido > Hacalía, era > copero (mashqeh, 1:11) del rey persa Artajerjes I (465–424 a.C.) en el palacio real de Susa cuando llegó la noticia de la triste situación de los que retornaron de Babel a Jerusalén y del lamentable estado en que se encontraba el muro y las puertas de la ciudad, de manera que implora la misericordia divina y la restauración de su pueblo (cap. 1). En un momento propicio, solicita al monarca persa que lo envíe a Jerusalén para reconstruir la ciudad, donde están los sepulcros de sus antepasados, y que le dé cartas para los gobernadores de más allá del > Éufrates, para que estos le proporcionen madera de los bosques reales y pueda llevar a cabo la construcción. Cuando le fue otorgado este permiso, se puso en marcha hacia Jerusalén con una compañía de jinetes. Pocos días después de haber llegado, rodeó la ciudad a caballo junto a sus acompañantes para ver la situación de la muralla. Acto seguido, comunicó su decisión de reconstruir la muralla a los principales del pueblo y los exhortó a ayudarle en esta tarea (cap. 2).
En cap. 3:1–32 se registran los nombres de los voluntarios que reedificaron las diversas partes del muro con sus torres y en 3:32–4:19 las dificultades que Nehemías tuvo que resolver durante la construcción: los intentos de los enemigos de los judíos que querían interrumpir e impedir violentamente la construcción, por lo cual los obreros se vieron obligados a trabajar con armas en la mano (3:32–4:17); la presión sufrida por los miembros pobres de la comunidad a causa de los usureros adinerados que Nehemías controla, echándoles en cara su impiedad y mostrándoles su propio altruism (cap. 5). En el tratamiento de este problema, está implícita la presuposición de que la amenaza principal no procede del imperio persa (el mismo rey Artajerjes I había designado a Nehemías como gobernador para sanar la situación en Jerusalén), sino de la élite judía (Neh. 5) y los gobernadores paganos de las provincias vecinas, que procuraron bloquear la construcción de la muralla para anexarse el territorio. Aunque el libro de los > Jueces había demostrado el fracaso de gobiernos «anárquicos» dirigidos por caudillos tribales, Reyes había señalado el fracaso de la monarquía que Jueces contemplaba como ideal. Nehemías, gobernador judío designado por un imperio pagano, fue todo un éxito, corrigiendo y modificando las condiciones de vida de los más débiles.
Por último, tuvo que hacer frente a las maniobras de intimidación de > Sanbalat y > Tobías y de la ayuda secreta que les prestaban los nobles de Judá. De esta manera, en medio de tan graves dificultades, se concluyó la construcción de la muralla (cap. 6). Al finalizar la obra, Nehemías se ocupó de construir las defensas de la ciudad contra ataques de enemigos poniendo guardias junto a las puertas (7:1–3) y de multiplicar el número de habitantes de Jerusalén. Reunió a los nobles y a los príncipes del pueblo para efectuar un censo y examinar sus genealogías, así como para designar quiénes tendrán que residir en ella. Para estos efectos, se sirvió del registro genealógico (dibré hayyamim, דִּבְרֵי הַיָּמִים, 7:5) de los que habían regresado en primer lugar con Zorobabel (7:6–73), que es la lista que figura en Esd. 2. Antes de acabar el censo, todos acuden a Jerusalén para celebrar la fiesta del séptimo mes (que se corresponde con sept.–oct.) y que señala el año nuevo. Se demanda que la Ley sea leída; al saber que se debe morar durante ocho días bajo cabañas hechas de enramadas —Fiesta de los Tabernáculos—, decide que esta prescripción debe ser cumplida (cap. 8). A continuación, los israelitas observan un día solemne, confesando sus pecados, particularmente los matrimonios mixtos (cap. 9). Se comprometen, fijando sus sellos a un pacto, a obedecer la Ley de Dios y a no unirse con los gentiles. El capítulo 10 cita los nombres de los que suscriben esta alianza. Se reanuda el censo y se resuelve la cuestión de la repoblación de Jerusalén mediante el método de echar suertes: uno de cada diez de los moradores de Judá queda obligado a acudir a Jerusalén para residir allí junto con los príncipes (11:1, 2). La lista de las familias de Jerusalén se halla en Neh. 11:3–24. Los nombres de los sacerdotes y de los levitas que volvieron en primer lugar junto con Zorobabel figura en Neh. 12:1–9. En los versículos 10 y 11 aparecen los nombres de los sumos sacerdotes desde Jesúa (Josué, cf. Zac. 3) y Jadúa. Los versículos 12–21 enumeran los jefes de las familias sacerdotales de la generación posterior a la del retorno del exilio. Los jefes de los levitas de la misma época y un poco después figuran en los versículos 22–26. Los versículos 27 y ss. hablan de la fiesta de la dedicación de las murallas. Durante la ausencia del reformador, de regreso a la corte de Persia, se producen abusos: no se dan a los levitas las porciones a las que tienen derecho (13:10); se ha profanado el Sábado, realizando actividades laborales y comerciales (13:15); no se ha renunciado totalmente a los matrimonios mixtos (13:23). De vuelta a la Ciudad Santa, Nehemías se enfrenta con estos desmanes.
Conforme a esto, el contenido del libro puede ser dividido en tres partes.
La primera (caps. 1–6) trata de la construcción de la muralla y las puertas de Jerusalén, cuya introducción se puede encontrar en el relato de la motivación del viaje de Nehemías a Jerusalén (1:1–2:10).
La segunda (caps. 7–12:43) es una descripción de otras actividades de Nehemías para la fundación y el bienestar de la comunidad en Jerusalén y Judá que consiste en que primero aseguró a Jerusalén contra los ataques enemigos, buscó motivar la multiplicación de los habitantes de la ciudad, y, finalmente, quiso organizar la vida diaria del pueblo conforme a las prescripciones de la Ley para alcanzar la base moral y religiosa para el desarrollo correcto del pueblo del Pacto.
La tercera (caps. 12:44–13:31) muestra cómo Nehemías continuó con sus actividades durante su segunda estadía en Jerusalén para asegurar la duración de la reforma iniciada.
La acción completa de Nehemías, narrada en su libro, está enfocada en la fijación de la comunidad de los israelitas que regresaron del exilio a la tierra de sus padres. El objetivo de este escrito es describir lo que hizo y alcanzó personalmente o con ayuda de su contemporáneo, el sacerdote y escriba Esdras. Así como las actividades de Nehemías en pro del bienestar del pueblo como comunidad del Señor solo fue una continuación de lo que el príncipe Zorobabel, el sumo sacerdote Jesúa y el escriba Esdras habían logrado para la fundación de la comunidad de los exiliados de Babilonia, así también su libro es una continuación y ampliación del libro de Esdras y puede ser interpretado como la segunda parte del libro, con el cual no solo tiene algunas cosas en común en cuanto a su estructura —sobre todo en el uso de registros históricos y estadísticas, y de listas genealógicas—, sino que persigue el mismo objetivo de la historia de la salvación, de enseñar cómo se cumplió la restauración del pueblo de Israel, que regresó del exilio para formar una comunidad del Señor en la Tierra Prometida por mano de Nehemías.
III. UNIDAD INTERNA DEL LIBRO. Debido a que Nehemías relata la mayor parte de su proceder por el bien de su pueblo en primera persona y esta forma de relato no sólo sucede en los primeros seis capítulos (desde 1:1–7:5) sino también en cap. 12:27–43 y desde 13:6 hasta el final de manera constante y como se repite la fórmula peculiar «acuérdate Dios mío», en 5:19; 6:14; 13:4, 22, 29, 31 no sólo se acepta generalmente la composición de la mayor parte del libro por Nehemías sino también la continuidad de la primera parte (caps. 1–6). En cambio es casi generalmente aceptado que la composición y autoría de la parte central (7:73b–12:26) no fue escrita por Nehemías sino por el redactor de los libros de las Crónicas, que vivió unos cien años después. El así llamado cronista compuso su obra a partir de diversos documentos y anotaciones y la incluyó en las «memorias de Nehemías». Esta memoria se basa principalmente en que el estilo de 8–10 es diferente, que no se puede observar la personalidad de Nehemías sino que el personaje principal es Esdras y Nehemías sólo se menciona de paso (8:9 y 10:2) a lo cual aun se añade la falta de importancia de la Fiesta de los Tabernáculos (8:14, cf. Esd. 3:4) así como una combinación literal de Esd. 3:1 con Neh. 8:1.
De estos motivos presentados, el primero (la diferencia de estilo) es una afirmación tomada a partir de un análisis superficial para el cual sólo se ha argumentado que en vez del nombre divino Elohim, usado normalmente por Nehemías, sobre todo Dios del cielo, en esta parte se usa los nombres Yahvé, Adonai y Elohim, aunque en verdad en estos capítulos prevalece el nombre Elohim y junto a él sólo algunas veces el nombre Yahvé. En la oración en el cap. 1 aparecen algunos nombres divinos que Nehemías usa en su oración en el cap. 1 y que además corresponden a las palabras solemnes. Los otros motivos son correctos pero carecen de fuerza probatoria. Aunque en los caps. 8–10 la personalidad de Nehemías se retira detrás de la de Esdras, por cuanto los hechos mencionados aquí: la lectura de la ley y la dirección de las festividades cúlticas no pertenecían al oficio del tirsata, el gobernador real Nehemías, sino que eran cuestión del escriba Esdras, de los sacerdotes y levitas. Pero aquí Nehemías se encuentra como tirsata real a la cabeza del pueblo reunido, exhorta al pueblo junto a Esdras y los sacerdotes (8:9) y sella el documento del pacto en primer lugar como miembro principal de la comunidad (10:2). En la descripción de la fiesta de los tabernáculos (8:14ss.) no se menciona precisamente la anterior fiesta bajo Zorobabel y Jesúa (Esd. 3:4) pero este tipo de menciones no son comunes entre los autores bíblicos, como lo muestra, por ejemplo la comparación de 2 Cro. 35:1, 18 con 2 Cro. 30:1, 13, 26 donde ningún crítico deduce que, como en la descripción de la fiesta de la Pascua bajo Josías (2 Cro. 35) no se remite a la fiesta de Ezequías (2 Cro. 30) existen argumentos en contra de la unidad de Crónicas. Finalmente la coincidencia literal de 8:1 (en sí 7:73b y 8:1) y Esd. 3:1 se reduce a la indicación de que, cuando se acercó el séptimo mes todo Israel se reunió como un sólo hombre en Jerusalén. Lo demás es totalmente diferente. La reunión en cap. 8 persigue otros objetivos y tiene otros planes que los que son mencionados en Esd. 3. Las peculiaridades del estilo de dicción y relato en lo relatado en caps. 8–10 no pudo ser apreciado así como tampoco se pudo hacer en la descripción de la construcción de la muralla (3:1–32) o en el registro de las familias que regresaron con Zorobabel y Jesúa del exilio (cap. 7), cuya pertenencia a las memorias de Nehemías todavía no ha sido puesta en duda seriamente. Lo mismo vale para el registro de los habitantes de Jerusalén y de la provincia (11:3–36). Pero si Nehemías compuso estos registros o los incluyó en sus memorias. ¿por qué debía escribir el cronista las listas de sacerdotes y levitas (12:1–26) y no Nehemías, debido a que el relato que sigue inmediatamente es la inauguración de la muralla de la ciudad 4:17–12:27 que fue escrita por él?
IV. TIEMPO DE COMPOSICIÓN. Acerca de la duración de la actividad de Nehemías en Jerusalén y cuándo habrá redactado su libro acerca de sus hechos, menciona en su libro que fue gobernador desde el año 20 hasta el 32 de Artajerjes y que en el año 32 de Artajerjes volvió donde el rey, regresando al cabo de unos días a Jerusalén (5:14 y 13:6). La mención de «al cabo de unos días» es bastante imprecisa, pero la interpretación «al final del año» es definitivamente errónea. A partir del desorden y de las transgresiones contra la Ley que sucedieron en la comunidad durante su ausencia de Jerusalén, se puede estar seguro de que Nehemías estuvo más de un año en Babilonia y que regresó a Jerusalén después de unos pocos años. Dejando a un lado la falta de pago de las porciones de los levitas (13:10ss.) y la profanación del sábado (13:15ss), transgresiones que muy bien pudieron haber sucedido poco después de su viaje donde el rey, en aquel tiempo no solo había instalado el sacerdote Eliasib una cámara para su pariente Tobías en el atrio del templo para que pudiera vivir allí (13:4ss), sino que algunos judíos se habían casado con mujeres de > Asdod, amonitas y moabitas y habían tenido hijos con ellas, que no hablaban en hebreo, sino conforme a la lengua del pueblo (13:23ss). Estos hechos presuponen una ausencia de Nehemías durante varios años, aun en el caso de que algunos de estos matrimonios se hubieran realizado antes y Nehemías se enterara de ello cuando regresó. También faltan indicios para apoyar la noción de que Nehemías actuó y vivió por poco tiempo en Jerusalén y Judá. A pesar de que la corrección de la situación que se narra en 13:7–31 fue llevada a cabo en pocos meses, que Nehemías no mencione ninguna acción realizada para terminar con esta situación no nos permite deducir que Nehemías terminara con la organización del bienestar de su pueblo y que muriera poco tiempo más tarde. Después de haber controlado el desorden y restablecido el orden legal del culto y la vida ciudadana, pudo haber permanecido por largo tiempo en Jerusalén sin haber hecho algo que se registrara para las generaciones venideras.
Si suponemos que tenía entre 35 y 40 años de edad cuando abandonó su posición de copero real en el año 20 del reinado de Artajerjes (445 a.C.) por decisión propia y fue enviado a Judá como gobernador, bien pudo haber estado de treinta y cinco a cuarenta años en Judá, incluyendo el viaje donde el rey en el año 32 de Artajerjes en Jerusalén y Judá, i.e. pudo haber vivido hasta el año 405 a.C., el año 19 del reino de Darío Noto, y morir a la edad de 75 u 80 años. Si además asumimos que había ordenado la situación de Judá diez años antes, treinta años después de su llegada a Jerusalén, y que escribió su libro en ese tiempo, pudo haber relatado y descrito todo lo que consta en el libro canónico de Nehemías.
En el año 415 a.C., o sea, en el noveno año del reinado de Darío Noto, los registros de los sacerdotes y levitas del tiempo del sumo sacerdote Joaquín, que iban hasta los días de Johanán, el hijo (nieto) de Eliasib, y del tiempo del reinado de de Darío Noto, podían haber sido incluidos en el libro de las Crónicas como se menciona en 12:23 (cf. con vv. 22 y 26). En ese tiempo, el sumo sacerdote Joiada había muerto, y su hijo Johanán lo había sucedido en el oficio, y su hijo Jadúa a la edad de 25 años. Nuestro libro, por lo tanto, no contiene una nota histórica ni un comentario que Nehemías no pudiera haber escrito, de manera que a partir del contenido del libro no cabe duda de que de todo el libro fue escrito por Nehemías.
Pero si además se observa la forma del libro, parece que a la segunda mitad de este le falta el carácter unitario, lo que es muy interesante para la crítica moderna. Pero ya hemos comentado que tanto la retirada de Nehemías a un segundo plano en caps. 8–13, así como el hecho de que ese capítulo de Nehemías se relate en tercera persona, no son motivos convincentes. En el relato de la inauguración del muro (12:27–43) Nehemías se pone en segundo plano, y solo aparece en vers. 31 y 38, relatando lo que había ordenado y hecho mientras que relata el resto en una forma objetiva: se buscó a los levitas que sacrificaron (vers. 27 y 43) sin hacer uso de la primera persona que encontramos en el relato de la firma del Pacto (cap. 10:1, 31, 33, 39).
El inicio del cap. 11 es abrupto, y entre los caps. 11 y 12, así como entre 12:26 y 27 faltan cambios comunicativos, lo cual da la apariencia de que los pasajes 8–10 y 12:1–26 son incisos posteriores en las memorias de Nehemías en Judá. En el relato de lo que Nehemías ha hecho en Jerusalén y Judá fueron incluidos registros históricos, topográficos y genealógicos que interrumpen el hilo histórico del relato. Pero esta forma del libro no significa automáticamente que los incisos sean suplementos hechos por otra mano distinta que la de Nehemías.
Si se tiene en cuenta que, en 5:14, Nehemías afirma haber sido «gobernador en la tierra de Judá, desde el año veinte hasta el año treinta y dos del rey Artajerjes, doce años», y que Nehemías escribió su libro acerca de sus experiencias en Judá después del año 32 de Artajerjes, y si se compara con su regreso a la corte persa (13:6ss), se puede deducir que Nehemías escribió su obra al final de su vida, después de haber finalizado todo lo importante que se había propuesto hacer para Jerusalén y su pueblo, sin establecer una diferencia entre su actividad en su segunda estancia en Jerusalén y la primera de doce años. Véase CRÓNICAS, ESDRAS.
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