PASTOS

Heb. prop. 4829 mireeh, מִרֵעֶה = «pasto, majada», o 4830 mireith, מִרְעִית = «prado, pasto», de 7462 raah, רעה = «apacentar»; gr. 3452 nomé, νομή = «pasto». En Palestina los pastos estaban diseminados pobremente por enormes extensiones de tierra. Abundan en las riberas del Jordán, y una vez asentados, los antiguos hebreos pudieron dedicarse simultáneamente a la > agricultura, aprovechando los pastos no solo para los rebaños de ovejas y cabras, sino también para bueyes, que eran a la vez buenos animales de tiro. El desierto de Judea, que queda al lado occidental del valle del Jordán, está alfombrado en primavera con cierta cantidad de hierba, que se convierte en heno cuando llega la estación del calor, transformándose en alimento para las ovejas durante el verano.
La búsqueda de pastos obligaba a la permanencia de la vida nómada, que pervivió hasta la monarquía como un ideal de vida superior a la sedentaria. La Escritura a menudo se refiere a los pastores que buscan pasto para sus ganados. «Y llegaron hasta la entrada de Gador hasta el oriente del valle, buscando pastos para sus ganados» (1 Cro. 4:39). El salmista da gracias a Dios por los pastos que el Señor provee para su pueblo: «Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu dehesa, te alabaremos para siempre» (Sal. 79:13).
En la última parte del verano, o en los meses de invierno, no había pastos suficientes para el ganado, y era necesario alimentar personalmente a los animales. En algunas regiones de Siria, los rebaños son llevados en este momento a lugares montañosos, donde el pastor se afana cortando ramas de los arbustos que tienen hojas verdes o retoños tiernos que las ovejas y las cabras pueden comer.
Profetas como Amós, que se dedicaban al cuidado de rebaños, pusieron límites a las tendencias de los reyes y terratenientes que iban acumulando tierras sin consideración a las propiedades o pastos comunitarios.
En Gn. 41:2, 18 se habla de las siete vacas del sueño de Faraón, que pacían «en el prado», donde la palabra heb. es 250 ajú, אָחוּ, que sign. «junco» o cualquier hierba pantanosa (cf. Job 8:11), por lo que no se hace referencia al prado prop. dicho, sino a una zona ribereña del Nilo, cubierta de cañas. Véase GANADO, OVEJA, PASTOR, REBAÑO.