Lot

Heb. 3876 Lot, לוֹט = «cubierto, escondido»; Sept. y NT Lot, Λώτ; Josefo, Lotos, Λῶτος. Hijo de Harán, el hermano de Abraham, y nieto de Taré, padre de Abraham, todos ellos naturales de Ur, cerca de Babilonia; acompañó a su tío desde Mesopotamia a Canaán (Gn. 11:31; 12:5). Lot estuvo entre los que Taré sacó de Ur de los caldeos para ir a la tierra de Canaán. Cuando Taré murió en Harán, continuó el viaje con Abraham (Gn. 11:27–31).
Dueños de grandes rebaños, los pastores de ambos empezaron a querellarse por los pastos y el agua. Abraham le aconsejó tomar rumbos separados y lo invitó a que eligiera los pastos que quisiera. Egoístamente, Lot eligió el fértil valle del Jordán y fue plantando sus tiendas más y más cerca de Sodoma, hasta que finalmente pasó a residir allí. Durante la campaña de Quedorlaomer y de sus aliados contra las cinco ciudades «sobre el Jordán», Sodoma incluida, Lot fue hecho prisionero. Debió su liberación al valor y habilidad de Abraham (Gn. 13:2–14:16).
Dos ángeles le fueron enviados para advertirle de la destrucción de Sodoma. Esa misma noche los habitantes de la ciudad manifestaron su degradación faltando a las leyes sobre la hospitalidad exigiendo a Lot que les entregara sus dos invitados para viles propósitos (Gn. 19:4, 5). Lot intercedió en nombre de sus huéspedes de acuerdo con sus deberes de anfitrión, muy sagrados en Oriente. Entonces ofreció a los sodomitas sus dos hijas, pero ellos se negaron, y como estaban a punto de infligir violencia a Lot, los dos ángeles intervinieron, introdujeron a Lot en su casa y ocasionaron una ceguera a aquella gente perversa, impidiéndoles así encontrar la puerta de la casa. Luego los ángeles aconsejaron a Lot que dejara la ciudad de inmediato con su familia y sus pertenencias. Sus futuros yernos se negaron a creerle, por lo que abandonó la ciudad con su mujer y sus dos hijas. En la huida, su mujer, al volverse a mirar hacia Sodoma, fue atrapada en el diluvio de fuego y quedó convertida en una estatua de sal. Lot huyó con sus dos hijas hacia las montañas, donde habitaron en una cueva (Gn. 19:6–29).
Lo último que se sabe de la vida de este patriarca está relacionado con el intercambio incestuoso con sus dos hijas. El resultado fue el nacimiento de Moab y Amón, padres de los futuros y más enconados enemigos de Israel (Gn. 19:31–38). Este último suceso cierra la historia de Lot. Su nombre, sin embargo, aparece de nuevo en la expresión «los hijos de Lot» referido a los moabitas (Dt. 2:9) y a los amonitas (Dt. 2:19), o a ambos (Sal. 83:8). En el NT, Cristo se refiere a la destrucción de Sodoma con la expresión «en los días de Lot» (Lc. 17:28, 29). También se habla de la salvación del «justo Lot» (2 Pd. 2:6–8). Sobre la mujer de Lot se habla en Sab. 10:8 y Lc. 17:32, como una advertencia sobre no volver atrás una vez iniciado el camino de la salvación.