PEZ

1. Clasificación.
2. Simbolismo.
I. CLASIFICACIÓN. Heb. 1709 dag, דָּג = «pez», de «prolífico», o tal vez de «retorcerse»; gr. 2486 ikhthýs, ἰχθύς = «pez»; 2485 ikhthydion, ἰχθύδιον diminutivo del anterior = «pez pequeño, pececillo» (Mt. 15:34; Mc. 8:7); 2785 ketos κῆτος, designa todo tipo de gran animal marino: grandes peces o mamíferos como los delfines, cachalotes, orcas, ballenas, etc. En la LXX se usó el término ketos mega para traducir los dos términos heb. de Jon. 2:1, que significan «gran pez» (cf. Mt. 12:40), correspondientes tanto al heb. dag, דָּג, «pez» (Gn. 1:21; Job 3:8; 9:13; 26:12; Jon. 1:17; 2:1, 10), como a tannín, תַּנִּין, «monstruo marino» (Lam. 4:3); 3795 opsarion, ὀψάριον = «pescado», diminutivo de opson, «carne cocida, delicia, plato escogido», especialmente de pescado (Jon. 6:9, 11; 21:9, 10, 13).
Aunque abundan las referencias a los peces en la Escritura, nunca se menciona uno de ellos de manera específica. El Nilo siempre ha sido abundante en peces. Los hebreos comieron abundante pescado durante su larga estancia en Egipto, lo que echaron de menos durante su peregrinación por el desierto (Nm. 11:5). Entre los filisteos, su dios Dagón era representado bajo la forma de un ser mitad hombre y mitad pez.
II. SIMBOLISMO. Entre los símbolos empleados por los cristianos primitivos, el del pez es posiblemente el de mayor importancia. Aunque el uso del pez en el arte pagano primitivo como un signo netamente decorativo es antiguo y constante, fue adoptado por los cristianos como > acróstico de Jesucristo. El símbolo como tal pudo haber sido inspirado por la multiplicación milagrosa de los panes y los peces o por la comida de los siete discípulos luego de la resurrección, en las orillas del mar de Galilea (Jn. 21:9), pero su popularidad entre los cristianos se debió principalmente, al parecer, al acróstico compuesto por las iniciales de las cinco letras de la palabra griega para pez, IKHTHYS, ΙΧΘΥΣ, con las cuales se forma una frase que describe la naturaleza de Jesús y la fe de los creyentes: Ἰησοῦς Χριστός Θεοῦ Υἱός Σωτήρ, Iesûs Khristós Theû Huiós Soter, es decir, «Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Salvador». Es probable que esta fórmula cristiana haya tenido su origen en Alejandría, y que haya sido adoptada como una protesta contra la > apoteosis de los emperadores. En una moneda alejandrina del reinado de Dionisio (81–96 d.C.), este emperador es llamado Theû Huiós (Hijo de Dios).
La imagen y el nombre del pez se hallan con mucha frecuencia en las paredes de las catacumbas romanas de las primeras décadas del siglo segundo.
Los creyentes en este Ikhthýs místico son ellos mismos «pececillos», de acuerdo con el conocido pasaje de Tertuliano: «Nosotros, pececillos, tras la imagen de nuestro ikhthýn, ἰχθύν, Jesús Cristo, nacemos en el agua» («Nos pisciculi secundum ἰχθύν, nostrum Jesum Christun, in aqua nascimur», De baptismo, c. 1). Los > bautisterios, por tanto, eran a veces llamados «piscinas». El símbolo del pez se representó asociado frecuentemente con otros como la paloma, el ancla y el monograma de Cristo. Desde el siglo segundo, el delfín se utilizó frecuentemente, tal vez debido a su fama de amigo del hombre, que gozaba de la estima popular.
El uso del simbolismo del pez cesó casi totalmente con la muerte de Constantino el Grande. Las representaciones de peces en fuentes y copas bautismales de bronce, como las encontradas en Roma y Trier, son simplemente de carácter ornamental, sugeridas posiblemente por el agua utilizada en el bautismo.