Alejandría

Alejandría Ciudad fundada en 331 a.C. por → Alejandro Magno, en una estrecha franja de terreno al oeste de la desembocadura del Nilo, entre el lago Mareotis y el mar Mediterráneo. Al desmembrarse el Imperio de Alejandro, Alejandría pasó a ser la capital de Egipto bajo los → Tolomeos. En 30 a.C., Egipto, y Alejandría con él, quedaron anexados al Imperio Romano.

Puesto que Alejandría surgió después del período veterotestamentario y que los viajes de Pablo nunca le llevaron a Egipto, las referencias bíblicas a la ciudad son escasas. En el Nuevo Testamento se hace referencia a los judíos alejandrinos que poseían una sinagoga propia en Jerusalén (Hch 6:9); según parece emigraron a Palestina debido a las persecuciones a los judíos en Alejandría. Por sus disputas con → Esteban, concluimos que eran muy apegados a la Ley y al templo. Hay referencias también al origen alejandrino de → Apolos (Hch 18:24) y a las dos ocasiones en que Pablo tomó barcos de la flotilla alejandrina (Hch 27:6; 28:11).

Alejandría fue una ciudad de gran importancia durante el período intertestamentario y los primeros siglos del cristianismo. Económicamente, su envidiable situación geográfica hacía de ella el eje del comercio entre el Oriente y el Occidente. En lo cultural y religioso, esa misma posición geográfica daba lugar a que en Alejandría se diesen cita diversas corrientes de pensamiento, así como diferentes religiones, y a que todo esto se mezclase y confundiese en sistemas filosóficos eclécticos y doctrinas religiosas de carácter sincretista.

Allí estaba el famoso museo, o templo de las musas, centro de estudios superiores en el que se reunían las más preclaras mentes de la época para dedicarse a estudios, no solo de filosofía, sino también de matemáticas, astronomía, zoología y otras ciencias. El aspecto más importante de este museo era su enorme biblioteca que junto con la otra que se encontraba en el templo de Serapis, constituía la mayor colección de libros de la antigüedad. Alejandría, pues, fue el principal centro del pensamiento filosófico y teológico original, tanto entre creyentes de otras religiones como entre judíos y cristianos.

Desde muy temprano, hubo aquí una colonia judía que poseía su barrio propio y que alcanzó el número de un millón, según Filón. Muchos de estos judíos olvidaron la lengua hebrea y por ello fue necesario producir la traducción del Antiguo Testamento al griego llamada → Septuaginta (LXX). Entre estos judíos se destacó Filón de Alejandría, quien hizo todo lo posible por armonizar la religión hebrea con el pensamiento filosófico griego, valiéndose de la interpretación alegórica de las Escrituras.

No sabemos cómo llegó el cristianismo a Alejandría, aunque Eusebio, afirma en su Historia Eclesiástica (ii, 16) que fue San Marcos el que lo llevó. En todo caso, la influencia del ambiente alejandrino se hizo sentir desde muy temprano en ciertos círculos cristianos, como ejemplifican la Epístola a los → Hebreos y la seudónima Epístola de Bernabé (compuesta en Alejandría por algún cristiano del siglo II).