OMRI

Heb. 6018 Omrí, עָמְרִי, de etimología dudosa: «enseñado por Yahvé», o «designado por Yahvé»; Sept. Aubrí, Ἀυβρί. en 1 R.; en el resto Amaría, Ἀμαρία, Amarí, Ἀμαρί v. Zambrí, Ζαμβρί, Marí, Μαρί; Josefo Amarinos, Ἀμαρῖνος (Ant. 8, 12, 5). Nombre de cuatro personajes del AT.
1. Benjaminita de la familia de Bequer (1 Cro. 7:8).
2. Hijo de Imri, de la familia de Fares, de la tribu de Judá (1 Cro. 9:4).
3. Hijo de Micael y príncipe de la tribu de Isacar durante el reinado de David (1 Cro. 27:18).
4. Sexto rey de Israel (885–874 a.C.), fundador de una dinastía, cuatro de cuyos reyes ocuparon el trono a lo largo de un período de 44 años (885–841 a.C.). Se ignoran los comienzos y el origen familiar de Omri. Pudiera ser de la tribu de Isacar, como > Baasa y > Ela, del que fue general; no obstante, el silencio sobre su familia permite conjeturar que no procedería de israelitas y que pudo ser un mercenario.
Antes de llegar al trono, fue general de los ejércitos de Israel durante el reinado de Ela (1 R. 16:16), y prob. el de Baasa. Es posible que fuera entonces cuando > Moab fue vencido. Omri dirigía el asedio de Gibetón, ciudad levítica de Dan, que los filisteos habían tomado, cuando supo que Zimri había dado muerte a Ela y usurpado el trono. El ejército proclamó a Omri rey de Israel. Marchó contra > Tirsa, entonces capital del reino de Israel, ocupada por el usurpador Zimri, que se suicidó (1 R. 16:17–20). Pero tuvo que luchar contra otro aspirante al trono, > Tibni, que tenía considerable apoyo de parte del pueblo. Solo después de cuatro años de lucha interna, Omri pudo exterminar a Tibni y a sus seguidores (1 R. 16:21–23). La declaración del versículo 23: «En el año treinta y uno de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Omri sobre Israel», no se relaciona con la fecha de su proclamación por la soldadesca que le otorgó el trono (aunque sus doce años de reinado sí se cuentan a partir de aquel acontecimiento); esta declaración establece la fecha a partir de la cual empezó Omri a reinar solo (cf. 1 R. 16:15, 29).
El nuevo monarca cambió la capital de Tirsa a > Samaria, que construyó con este mismo objeto y convirtió en un monumento permanente de su gobierno (1 R. 16:24). Al escoger esta ubicación estratégica, hizo lo mismo que David había hecho al elegir a Jerusalén. La colina de Samaria, de unos 120 m de altura, estaba situada en una llanura en forma de taza, y podía ser defendida con facilidad. Aparentemente, nunca fue tomada por la fuerza de las armas: solo se rindió por falta de agua o alimento. Las excavaciones han confirmado el hecho insinuado en los registros bíblicos de que el lugar no había sido habitado antes del tiempo de Omri. Al trasladar allí su capital, comenzó a construir grandes defensas que fueron completadas por su sucesor.
Entabló relaciones cordiales con sus vecinos fenicios y casó a su hijo > Acab con > Jezabel, hija del rey de Tiro. Esta alianza introdujo el culto de Baal y Asera en Israel en un grado anteriormente desconocido (1 R. 16:25). Los fragmentos de cerámica (óstraca) hallados en Samaria mencionan conjuntamente el nombre de Yahvé y el de Baal, confirmando así el relato bíblico. También concedió franquicias económicas a Damasco y permitió que comerciantes sirios tuviesen puestos en los bazares de Samaria (1 R. 20:34). Omri fue capaz de subyugar a Moab, como lo admite la larga inscripción de la famosa Estela Moabita, donde > el rey Mesa dice: «Omri, rey de Israel, afligió muchos días a Moab, porque Quemos estuvo airado con su tierra». Cuán valiosa fue la posesión de Moab para Israel puede verse por el tributo pagado por Moab a Acab, hijo de Omri. Se dice que ascendía — probablemente cada año— a «cien mil corderos y cien mil carneros con sus vellones» (2 R. 3:4). Omri murió hacia el año 874 a.C. y fue sepultado en Samaria. Acab le sucedió en el trono (1 R. 16:28).
Aunque el relato escriturístico de los doce años de su reinado está registrado en solo ocho versículos (1 R. 16:21–28), dada la valoración negativa del autor por la política religiosa de Omri (1 R. 16:26; Miq. 6:16), este rey fue el fundador de la más notoria dinastía del reino del Norte, cuyo prestigio estableció a nivel internacional. Por esta razón, el nombre de Omri aparece mencionado en la documentación de los pueblos vecinos. Los moabitas se acordaban de él. Un siglo después de su muerte, y tras la aniquilación de su familia, los asirios seguían asociando su nombre, que escribían Humri (con h aspirada), con el del país de Israel y con el soberano reinante. Así, aparece en las inscripciones de Salmansar III y de Sargón II en la expresión «país de la casa de Omri», y se llama a Jehú mar Humri, esto es, hijo o sucesor de Omri. Véase ISRAEL, SAMARIA.