Lucha

Para lucha en cuanto acción bélica, véase BATALLA, GUERRA. Aquí trataremos los textos del NT que se refieren a la lucha espiritual y moral que enfrenta a los ciudadanos del Reino del cielo con los de la tierra. Para ello, los apóstoles utilizan el término gr. 73 agón, ἀγών, que denota «batalla, conflicto, lucha», usado en Col. 2:1 para referirse a la pugna contra adversarios espirituales y humanos. Es una imagen tomada de los juegos públicos, y aparece en otros textos: «Todo aquel que lucha» (agonízomai, ἀγωνίζομαι, 1 Cor. 9:25), en referencia al combate en la palestra que tenía lugar entre los contendientes.
Desde antiguo, la vida ha sido concebida como un combate donde se decide el destino de cada cual. Próximo al final de su vida, el apóstol Pablo puede decir: «He peleado la buena batalla; he acabado la carrera; he guardado la fe» (2 Ti. 4:7). Todas estas imágenes hacen referencia a los juegos de competición, donde los participantes ponen a prueba todos y cada uno de sus nervios para alcanzar el objetivo (cf. Lc. 13:24); donde lo dan todo, incluyendo penalidades (Col. 1:29), para llegar a la meta y hacerse con el triunfo. La vida cristiana es presentada así bajo la imagen del «atleta» (2 Ti. 2:5), atleta del espíritu empeñado en la oración como una carrera intensa, en la que se esfuerza con toda su alma (cf. Ro. 15:30; Col. 4:12).
De la imaginería militar se toma el vb. gr. polemeo, πολεμέω, «luchar, hacer guerra», para referirse metafóricamente a la codicia de los que andan tras la riqueza: «Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, pero no podéis obtener. Combatís y hacéis guerra» (Stg. 4:2). Véase CARRERA.