NACIMIENTO VIRGINAL DE CRISTO

El misterio de la concepción virginal de Jesucristo es enseñado por el tercer Evangelio, según el cual «María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios» (Lc. 1:34–35). Según el primer Evangelio, María quedó embarazada siendo virgen, señalando claramente la concepción milagrosa de María por obra del Espíritu Santo. Cuenta las dudas y temores de José, el desposado de María, al conocer el anuncio angélico del embarazo sobrenatural de María: «No temas tomar contigo a María tu esposa, porque lo concebido en ella viene del Espíritu Santo» (Mt. 1:20). Al comparar la narración del primer Evangelio con la del tercero, encontramos una tradición común que se remonta al testimonio de los primeros testigos. El evangelista Lucas señala a María como la fuente de su relato de la infancia de Jesús, cuando dice que ella guardaba todas estas palabras en su corazón (Lc. 2:19, 51). Esto no hace necesaria una comunicación oral inmediata de la historia de la infancia por parte de María; simplemente se indica que María es la fuente última del relato. Si Lucas hubiera recibido la historia de la infancia de la madre del Señor en forma de comunicación oral, su presentación en el tercer Evangelio mostraría naturalmente la forma y estilo de su autor griego. De hecho, la historia de la infancia de Jesús tal como se encuentra en el tercer Evangelio revela en su contenido, lenguaje y estilo una fuente judeocristiana. Su coloración es hebrea más que griega o aramea. Todo el pasaje se lee como un capítulo del primer libro de los Macabeos; se introducen sin explicación ulterior costumbres, leyes y peculiaridades judías. En cuanto al estilo y lenguaje de la historia de la infancia, ambos son tan completamente semíticos que el pasaje ha de ser retraducido al hebreo o arameo para ser debidamente apreciado. Se debe concluir, pues, que la fuente inmediata de Lucas para la historia de la infancia no fue oral, sino escrita, cuyo autor sería un cristiano judío, posiblemente un sacerdote judío converso (cf. Hch. 6:7), quizá incluso un miembro o amigo de la familia de Zacarías. Pero, cualquiera que pueda ser, el evangelista sabía que había «investigado diligentemente todo desde los orígenes», según el testimonio de aquellos «que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la palabra» (Lc. 1:2).
Los críticos decimonónicos argumentaban que los primeros caps. de Lucas son un añadido posterior, pero es difícil comprender cómo pueden ser omitidos por cualquiera que estudie sin prejuicios el Texto Sagrado. Se encuentran en todos los manuscritos, traducciones y citas cristianas primitivas, y en todas las ediciones impresas. Además, en la narración lucana, cada versículo es como un eslabón de una cadena, de manera que ninguno puede ser eliminado como interpolación sin destruir el conjunto. Los críticos que se oponen a la realidad histórica del nacimiento virginal argumentan que, o bien los evangelistas, o bien los interpoladores de los Evangelios, tomaron su material de una tradición cristiana primitiva de carácter mitológico. Algunos autores recurren a la mitología pagana para explicar la tradición cristiana referente al nacimiento virginal de Jesús, razonando que los primeros gentiles cristianos deben haber atribuido a Cristo lo que sus antepasados paganos habían atribuido a sus héroes; de ahí que la filiación divina de Cristo sea un producto del pensamiento religioso de los cristianos no judíos. Hay quien ha trazado un paralelismo entre la Virgen María y la diosa egipcia Isis, madre de Horus. En general, la procedencia del concepto del nacimiento virginal de la mitología pagana por medio de los cristianos gentiles, implica varias dificultades inexplicables: ¿Por qué los cristianos recientemente convertidos del paganismo habrían vuelto a sus supersticiones en su concepción de las doctrinas cristianas? ¿Cómo podía triunfar el resultado del pensamiento pagano entre los cristianos de origen judío sin dejar apenas un vestigio de oposición? ¿Cómo pudo llevarse a cabo esta importación entre la cristiandad judía en una época lo bastante temprana como para producir fuentes judeocristianas de las que los evangelistas o los interpoladores de los Evangelios extrajeran su material?
Otros autores hacen proceder la tradición primitiva cristiana del nacimiento virginal de la influencia judeocristiana a partir de la profecía de Isaías 7:14. Una tercera teoría argumenta que la idea del nacimiento virginal es pagana, totalmente extraña a la concepción judía de Dios, pero admite que no podía haber triunfado entre los primeros judeocristianos. De ahí que crea que ya se habría introducido entre los judíos en la época precristiana, de forma que el judaísmo que afluía directamente en la primitiva cristiandad habría recibido una cierta cantidad de sincretismo. Ninguno de los sostenedores de estas teorías presenta prueba histórica alguna de sus afirmaciones. Véase JESUCRISTO, VIRGEN.