PLAGA

Traducción de varias palabras hebreas y griegas.
1. Heb. 1698 déber, דֶּבֶר, prop. «destrución, muerte», aplicada a la «pestilencia» (cf. Lv. 26:25; Dt. 28:21; 2 Sam. 24:13; 1 R. 8:37); Sept. thánatos, θάνατος = «muerte».
2. Heb. maggephah, מַגֵּפָה, de la raíz magaph, מגף = «golpear»; de ahí el significado de «pestilencia», plaga considerada como enviada por Dios (Ex. 9:14; cf. Nm. 14:37; 17:13; 25:18, etc.). También se usa para denotar una carnicería o matanza en la guerra (1 Sam. 4:17; 2 Sam. 17:9).
3. Heb. 4347 makkah, מָכָּה, de la raíz 5221 nakhah, נכה = «golpear, abatir», prop, el acto de golpear; de ahí golpe, más bien que plaga (Lv. 26:21; Nm. 11:33; Dt. 28:59, 61; 29:22; 1 Sam. 4:8; Jer. 19:8; 49:17; 1, 13).
4. Heb. negá, נֶגַע, de nagá, נגע = «golpear»; se refiere a una mancha repentina, una erupción, un corte, una marca sobre la piel, como efecto de un golpe (Lv. caps. 13 y 14).
5. Heb. 5063 négeph, נֶגֶף, de 5060 nagaph, נגף, «empujar, infligir»; de ahí la plaga como juicio divino (Ex. 12:13, etc.), utilizada para referirse a las plagas de Egipto.
Los términos gr. correspondientes son 3148 mástix, μάστιξ = «látigo, azote» (Hch. 22:24; Heb. 11:36), que se utiliza metafóricamente de una enfermedad o sufrimiento (Mc. 3:10), y por extensión «plaga» (Mc. 5:29), considerada un «azote» divino (Mc. 5:34; Lc. 7:21, cf. Mc. 3:10; 5:29, 34; Lc. 7:21); y 4127 plege, πλήγη = «golpe, herida», relacionado con plesso = «golpear», se utiliza metafóricamente de una calamidad, una plaga (Ap. 9:20; 11:6; 15:1, 6, 8; 16:9, 21; 18:4, 8; 21:9; 22:18).
Las plagas son consideradas castigos que Dios inflige al hombre. La mayor parte de las mencionadas en la Biblia son epidemias o enfermedades, pero el castigo es, en ocasiones, de otro orden. No es necesario que una enfermedad tenga un carácter prodigioso para que constituya una plaga. Una infracción de la ley divina con respecto al uso del cuerpo en general, y de la sexualidad en particular, e incluso un comportamiento inconscientemente antihigiénico sin relación patente con la moral, puede comportar una plaga contra los que así atentan contra la santidad del cuerpo. Dios es quien determina el lugar y el momento de su aparición. Ciertas epidemias de peste (tifus, p.ej.) han sido, en ocasiones, juicios patentes de Dios. La primera plaga que se menciona en la Biblia cayó sobre un faraón contemporáneo de Abraham: Dios quiso proteger a Sara (Gn. 12:17).
Con respecto a las diez plagas de Egipto, véase el artículo siguiente. Más tarde, Dios castigó a los israelitas que se habían fabricado y habían adorado un becerro de oro (Ex. 32:35). Castigó asimismo a los que habían murmurado contra el maná (Nm. 11:33, 34). Hizo morir a los diez espías que hablaron mal de la Tierra Prometida (Nm. 14:37). En otra ocasión, 14.700 israelitas murieron por protestar contra el castigo que había caído sobre los rebeldes Coré, Datán y Abiram (Nm. 16:46–50). El pueblo que se entregó a la idolatría y a la inmoralidad consiguiente en el culto a Baal-peor fue azotado por una plaga mortal; perecieron 24.000 israelitas (Nm. 25:9; Jos. 22:17; Sal. 106:28–30). Los tumores de los filisteos fueron asimismo un castigo (1 Sam. 6:4). El censo ordenado por David hizo que se desencadenara una peste, y sucumbieron 70.000 personas (2 Sam. 24:13–25; 1 Cro. 21:12–30). Una gran plaga cayó sobre Joram, rey de Judá, y sobre su pueblo (2 Cro. 21:14, 15). Véase PESTILENCIA.