Oruga

Heb. principalmente 2625 jasil, חָסִיל = «devastador, langosta, oruga, insecto devorador. (1 R. 8:37; 2 Cro. 6:28; Sal. 78:46; Is. 23:4; Jl. 1:4; 2:25); Sept. brukhos, βροῦχος, indica un animal voraz, de brosko, βρώσκω, «devorar»; Vulg. rubigo, bruchus, cerugo, larva de langosta. En ocasiones heb. 3218 yeleq, יֶלֶק, de una raíz inusitada, jasal, חסל, que sign. «lamer, devorar», y se aplica a la langosta joven (Jl. 1:4; 2:25; Sal. 105:34; Jer. 51:14, 27); Sept. brukhos, βροῦχος, akrís, ἀκρίς.
En el uso bíblico la oruga es el gusano que sale de la larva de los lepidópteros y ataca las plantas, llegando a convertirse muchas veces en una verdadera plaga. La oruga de la langosta era muy temida. A ella se refiere el profeta Joel en su descripción de una devastación (Jl. 1:4; 2:25), lo cual se interpreta como un juicio de Dios (Am. 4:9). Cuando venían orugas a una plantación, era necesario disponerse para recogerlas a fin de evitar los daños (Is. 33:4). Las plagas de estos insectos y gusanos eran temidas y, debido a la impotencia humana para combatirlas, consideradas resultado de un juicio divino, pues arruinaban las cosechas y condenaban a pueblos enteros al hambre y la enfermedad. Véase LANGOSTA, SALTÓN.