PESHITTA o PESHITTO

Versión aramea o siríaca de la Sagrada Escritura. El término peshitta deriva del arameo pshittá, que significa «común, simple, sencillo», o también «íntegro». En el s. IX, fue el nombre dado a esta versión para distinguirla de otras posteriores, sobre todo la Harcleana, una traducción literal y poco natural en siríaco.
El origen de la Peshitta es confuso, puede haber resultado de una amalgama de versiones atribuibles a estudiosos judíos y cristianos de los siglos I y II d.C. La calidad no es homogénea; unas partes reflejan el método de los Targums, otras pertenecen a la LXX y toda ella fue corregida probablemente por un editor posterior, llamado con frecuencia Rábbula, obispo de > Edesa (411–431 d.C.). Era la versión utilizada, ya antes de los tiempos de San Efrén (373 d.C.), por los cristianos de aquella ciudad. Por eso, es fundamental la aportación de la Peshitta a la crítica textual de la Biblia: se trata de una de las versiones más antiguas de la Escritura. Debido al contexto litúrgico y a la finalidad popular, se presenta con un lenguaje sencillo, aunque el estilo es elegante y claro.
El > canon que se constata en los cuatro manuscritos más antiguos (siglos VI y VIII) no es uniforme y el orden de los libros varía. Comprende los libros deuterocanónicos del AT: Eclesiástico, Baruc, Tobías, Judit y 1–2 Macabeos, traducidos de la Septuaginta; Sabiduría, traducido del hebreo, y Tobías, que falta en las recensiones antiguas, pero que en cambio incluyen 2 Baruc. La versión del Eclesiástico parece referirse a una traducción directa del hebreo.
Respecto a la crítica textual, la Peshitta sigue fielmente el texto masorético, pero pueden reconocerse infiltraciones procedentes de la Septuaginta, especialmente para el Libro de Isaías y los Salmos. De hecho, parece ser que la versión de los Setenta tuvo una posición privilegiada en la Iglesia de Siria. Aunque algunos estudiosos sugirieron que podría haber sido traducida del arameo desde los Targumes, esta opinión fue descartada, si bien se acepta la influencia interpretativa de los Targumes en el Pentateuco y los libros de Crónicas.
La mayoría de los expertos consideran que el NT fue traducido de manuscritos griegos. El NT de la Peshitta, de la que nos han llegado unos 350 manuscritos, no recoge 2 Pedro, 2–3 Juan, Santiago, Judas ni el Apocalipsis, que no eran considerados como canónicos en la comunidad de referencia. En 507/8 Policarpo, por encargo del obispo Filoxeno, revisó esta traducción con el propósito de lograr una mayor literalidad en relación con el original griego. La versión revisada incluyo los libros del NT no recogidos en la edición anterior.
El origen de la traducción del NT es difícil de establecer, debido a la existencia de las otras dos versiones siríacas anteriores: el Diatessarón y la Vetus Syra. La traducción más antigua, probablemente es el Diatessarón de Taciano. El texto, que data del año 175, es una narración continua y armónica que integra los cuatro Evangelios en un texto continuo. Al ser Taciano acusado de hereje, se produjo una reacción tan fuerte contra el Diatessarón que se impuso la separación de los cuatro Evangelios (siglo V). El obispo Rábbula ordenó que toda iglesia tuviera una edición de los Cuatro Evangelios. Teodoro, Obispo de Cyrus (423–457), mandó destruir más de doscientas copias del Diatesserón de las iglesias de su diócesis. La reacción fue tan fuerte que no permitió que sobreviviera ninguna copia de la obra de Taciano.
El texto del NT de la Vetus Syra o Antigua siríaca refleja una tradición textual muy antigua y cuidada. Fue revisada, posiblemente a fines del siglo IV, para producir el NT de la Peshitta. Algunos especialistas mantienen que no fue una revisión, sino una nueva traducción; ciertamente es más fluida y natural que la versión antigua. Al parecer, el texto fue adaptado en función del texto griego conocido en Antioquía.
El estilo y calidad de la traducción es en general variable. Algunas partes del AT pueden haber sido traducidas por judíos que hablaban siríaco. Por ser el siríaco originario de la región de Edesa, el centro cristiano más importante al este de Siria, es probable que la traducción provenga de allí, o también de la región de Arbil, la antigua Adiabene, por su numerosa población judía y cristiana en el siglo II. Ya que la lengua usada era la aramea, sentirían la necesidad de contar con un texto arameo de las Escrituras.
En 1901, Philip E. Pusey, George H. Gwilliam y John Gwyn publicaron un texto crítico del NT de la Peshitta. En 1905, la British and Foreign Bible Society hizo lo propio con una versión de los Evangelios (no crítica), que en 1920 incluyó todo el NT. A finales del siglo XIX, John Wesley Etheridge y James Murdock editaron la traducción inglesa del NT de la Peshitta. En 1933 George M. Lamsa publicó su versión en inglés de toda la Peshitta, aunque no se la considera una traducción formal, en virtud de que Lamsa mezcla el texto original con sus muy personales conceptos esotéricos y nacionalistas asirios incrustados dentro del texto bíblico, por lo cual no es una traducción bíblica, sino una narración mixta de textos bíblicos, esoterismo, conceptos personales y desviaciones doctrinales, dotada de elementos extrabíblicos.
Desde 1961, el Peshitta Institute de Leiden ha publicado la más completa edición crítica de la Peshitta en una serie de fascículos. En 1996, la primera edición de la Comparative Edition of the Syriac Gospels: Aligning the Old Syriac Sinaiticus, Curetonianus, Peshitta and Harklean Versions de George Anton Kiraz (con la versión Harcleana preparada por Andreas Juckel) fue publicada por Brill. La segunda (2002) y tercera (2004) ediciones fueron impresas por Gorgias Press LLC.
En español existe la Biblia Peshitta, publicada en 2006 por Broadman & Holman de Nashville (Tennessee), basada en el texto siríaco y cotejada con la traducción de la Peshitta arameo-hebreo, arameo-inglés de Murdock, así como con diversas obras de traducciones regulares del hebreo, arameo y griego al español.