PILATOS, Escritos apócrifos

Existen numerosos Hechos apócrifos centrados en la figura de Pilatos. Tertuliano (Apol. 21, 24; 5, 2; 21, 19) y Justino Mártir (Apol. I, 35, 9; 48, 3) hablan de un informe sobre la crucifixión enviado por Pilatos a Tiberio, idea que da origen a cierta literatura apócrifa.
Los Hechos de Pilatos (Acta Pilati), también conocidos como Evangelio de Nicodemo, llamado así por los latinos en la época medieval, se han conservado en griego y en traducciones antiguas. Según Eusebio, durante la persecución de Maximino Daza (año 311–312) contra los cristianos, se leyeron en las escuelas hechos de Pilatos, falsificados por los paganos para ridiculizar a Cristo (Hist. eccl. 9, 5, 1; cf. I, 9, 3; 11, 1). Probablemente, como réplica a aquellos hechos falsos, surge la versión cristiana, mencionada en primer lugar por Epifanio (Haer. I, 1, 5, 8). En ella, un cristiano llamado Ananías cuenta cómo había encontrado protocolos redactados en hebreo por Nicodemo acerca del proceso de Jesús y cómo los había traducido al griego en el año 425. Relata las negociaciones ante Pilatos, la crucifixión y la sepultura de Jesús (1–11), con detalles como el episodio del soldado que atravesó el costado del Señor, al que se da el nombre de > Longinos; también las investigaciones del sanedrín, que habrían demostrado que la resurrección del Señor había sido un hecho real (12–16), y declaraciones de dos difuntos resucitados sobre el descenso de Jesús a los infiernos y sobre sus obras en aquel lugar (17–27). Culpa totalmente a los judíos de la muerte de Jesús y excusa a Pilatos. El escrito, redactado originalmente en griego, debió quedar unificado en el siglo V, mediante la elaboración de fragmentos anteriores, pero más tarde fue ampliado, especialmente con el Descensus Christi ad inferos, y también modificado. Es totalmente incierto el parentesco de este escrito con los Hechos de Pilatos mencionadas por Justino, supuesto que existieran, identificados por algunos con el informe de Pilatos al emperador Claudio, que figura como un apéndice en la traducción latina del Evangelio de Nicodemo y como una adición en griego a los Hechos apócrifos de San Pedro y San Pablo.
De signo contrario son los apócrifos que llevan el título de La muerte de Pilatos y La parádosis o tradición de Pilatos. En el primero, Pilatos, condenado a muerte por Tiberio, se suicida; su cuerpo es arrojado al Tíber; ante las tormentas promovidas por los espíritus es llevado sucesivamente a Viena y a Lausana, para ser arrojado a un pozo. La parádosis es de tendencia favorable a Pilatos, el cual condenado por Tiberio ruega al Señor y una voz del cielo le proclama bienaventurado al ser ejecutado; su cabeza es recogida por un ángel.
Otros apócrifos sobre Pilatos son El evangelio de Pedro, favorable a Pilatos, como todos los orientales; la Correspondencia entre Pilatos y Tiberio, la Relación de Pilatos, las Cartas de Pilatos a Herodes, etc.