NIDO

Heb. 7064 qen, קֵן de 7077 qanán, קנן = «erigir, construir»; gr. 2682 kataskénosis, κατασκήνωσις, lit. «acampada», ocupación de un lugar, y más tarde un alojamiento o morada. Indica nidos de aves en Mt. 8:20 y Lc. 9:58; en la Sept. se emplea para señalar edificios (1 Cro. 28:2) o el Tabernáculo divino (Ez. 37:27). La palabra gr. nossía, νοσσία, que significa prop. «nidada» (Lc. 13:34), corresponde al heb. qen, un nido (cf. Dt. 22:6; 32:11). Indica el receptáculo hecho por las aves para poner sus huevos (con una especial referencia a la nidada que se espera). La palabra kataskénosis señala un lugar de reposo donde las aves descansan. Esto da fuerza a la comparación hecha por Jesús, indicando que no solo carecía de hogar, sino que ni siquiera tenía alojamiento.
La Ley ordenaba que si una persona encontraba un nido, no tomara a la madre con los polluelos: tenía que dejarla libre (Dt. 22:6, 7). Se ha creído ver en esta disposición un rastro idolátrico, pero parece ser que la norma humanitaria respecto a los animales se explica a sí misma como respeto a la vida, representada por la hembra y madre. Maimónides decía al respecto que «si la ley es cuidadosa respecto a evitar sufrimiento y dolor a las aves y las bestias, mucho más debe aplicarse esto tocante a la humanidad» (Moreh Nebukhim).
En sentido metafórico, esta palabra se emplea como imagen de la protección de Dios (Sal. 84:3); en Ez. 31:6 se usa como ilustración del refugio que buscaban los pueblos pequeños a la sombra del poderío de Egipto.
El Señor Jesús muestra el contraste entre el refugio que tienen las aves, con su carencia de un lugar en el que reclinar la cabeza (Mt. 8:20; Lc. 9:58), y también como imagen de la protección que hallan en el Reino de Dios las distintas clases de personas (Mt. 13:32). Véase ANIMALES.