NARDO

Heb. 5373 nerd, נֵרְד; gr. nardos, νάρδος, transliteración del heb. nerd, aram. nardin y sánscrito nalada, denota el perfume conseguido del tallo de una planta de la India, por lo que los árabes lo llaman «espiga india».
Aparece mencionado dos veces en el AT por su delicado perfume (Cnt. 1:12; 4:13–14). Se trata, sin duda, del Nardostachys jatamansi, de la familia de las valerianáceas, planta que crece en el Himalaya entre los 3.300 y 5.100 metros de altura. La lejanía y las circunstancias del lugar de origen eran las causas de que su precio fuera muy elevado.
En el NT va acompañado del adjetivo pistikós, «puro» (Mc. 14:3; Jn. 12:3), que si se toma como una palabra gr. ordinaria, significaría «genuino». Sin embargo, hay evidencia de que era un término técnico. Se ha sugerido que la lectura original era pistakes, esto es, el Pistacia Terebinthus, que crece en Chipre, Siria, Israel, etc., y que produce una resina de olor muy fragante y en tan poca cantidad que la hace muy costosa. El óleo utilizado para la unción de la cabeza de Jesús por parte de María valía más de 300 denarios, según el cálculo de Judas, el equivalente al jornal acumulado de 300 días de un obrero. Aunque el texto diga que era un frasco de alabastro, el nombre significa un tipo de recipiente de gran calidad, elaborado en fino cristal.
El perfume de nardo se conoce desde la más remota antigüedad, según testimonian Teofrasto e Hipócrates; Discórides describe tres clases de nardo, según su procedencia siria o india. También se le atribuían virtudes curativas y, por tanto, se empleaba ocasionalmente con fines médicos. Véase PERFUME.

Planta aromática, en heb. nerd (Cnt. 4:13, 14); se hacía un ungüento, llamado en gr. nardos (Mr. 14:3). El nardo es, sin duda, el Nardostachys jatamansi, de la familia de las valerianáceas, planta que crece en el Himalaya entre los 3.300 y 5.100 metros de altura. Este vegetal vino a ser muy pronto un artículo de comercio, por cuanto los hindús lo usaban en medicina y perfumería desde la más remota antigüedad. Lo lejano del origen del nardo justificaba su elevado precio. El perfume de nardo puro que una mujer derramó sobre la cabeza del Señor Jesús valía más de 300 denarios (Mr. 14:3, 5). En Mr. 14:3 y Jn. 12:3, el término nardo va seguido del adjetivo gr. pistikos, variante plausible de pistos, puro; es poco probable que derive de pistos, líquido. Ciertos exegetas piensan que este adjetivo indica el lugar del que provenía esta variedad de nardo.