REGALO

Traducción de varias palabras hebras y griegas.
1. Heb. mattán, מַתַּן, «regalo» (Prov. 19:6) para buscar un favor (Prov. 18:16; 21:14), o «presente» de acción de gracias (Nm. 18:11); también regalo de dote (Gn. 4:12). De la misma raíz es nathán, נתן, «otorgar» en el sentido más amplio, y mattanah, מַתָּנָה, «don» (Sal. 68:18), «dádivas» de caridad (Est. 9:22), dones o regalos de consagración (Ex. 28:38; Lv. 23:38; Nm. 18:6, 7, 29; Dt. 16:17; Ez. 20:26, 31, 39), regalos a familiares (Gn. 25:6; 2 Cro. 21:3; Ez. 46:16, 17) o sobornos (Prov. 15:27; Ecl. 6:7).
2. Heb. De la raíz 5375 nasá, נשׂא = «elevar, favorecer», proceden maseath, מַשְׂאַת = «obsequio» (Est. 2:18) y 5379 nisseth, נִשֵּׂאת = «presente, regalo» en señal de respeto (2 Sam. 19:42).
3. Heb. minjah, מִנְחָה, «ofrenda votiva, oblación, regalo propiciatorio» (2 Sam. 8:2, 6; 1 Cro. 18:2, 6; 2 Cro. 26:8; 32:23; Sal. 45:12); «presente» (Gn. 32:13; 18, 20, 21; 33:10; 43:11, 15, 25, 26; Jue. 3:15, 17, 18; 6:18; 1 Sam. 10:27; 1 R. 4:21; 2 R. 8:8, 9; 2 Cro. 9:24; 17:5, 11; Sal. 72:10).
4. Heb. shojad, שֹׁחַד, «soborno», especialmente dado a un juez para obtener un veredicto favorable (Ex. 23:8; Dt. 16:19; 2 Cro. 19:7; Prov. 6:35; 17:8, 23; Is. 1:23; Ez. 22:12).
5. Gr. doma, δόμα, «regalo» (Mt. 7:11; Luc. 11:13; Ef. 4:8; Fil. 4:17), derivado de dídomi, δίδωμι, «dar», así como dosis, δόσις, que hace referencia al acto de regalar (Stg. 1:17); doron, δῶρον, regalo en señal de amistad (Mt. 2:11; Ef. 2:8; Ap. 11:10), presente para el sacrificio (Mt. 5:23, 24; 8:4; 23:18, 19; Heb. 5:1; 8:3, 4; 9:9; 11:4), u ofrenda (Lc. 21:1).
Dar y recibir presentes es una constante en todos los tiempos y culturas. En la antigüedad revestía un carácter de especial importancia. No había transacción en la vida, negociación, contrato o alianza de cualquier tipo, entre pueblos o individuos, que no estuviese acompañada por intercambio de regalos. Lo extendido de esta costumbre hace pensar que los regalos y ofrendas constituían una especie de tributo o pago. De hecho, el tributo de los súbditos no era pagado mediante una cantidad fija de dinero, sino en especie; cada nación presentaba sus productos propios, tal como se refleja frecuentemente en los monumentos asirios y egipcios. Por esta razón, los presentes o regalos no eran un acto voluntario, sino una exigencia (cf. Jue. 3:15–18; 2 Sam. 8:2, 6; 1 R. 4:21; 2 R. 17:3; 2 Cro. 17:11; 26:8); de ahí la expresión «traer ofrendas o regalos» (Sal. 68:29; 76:11; Is. 18:7).
Llevar regalos o presentes a un profeta de ninguna manera significaba un soborno, sino una especie de «pago» por la consulta (1 Sam. 9:7; cf. 12:3; 2 R. 5:5; 8:9); solo los falsos profetas se dejaban corromper, prostituyendo el presente (Is. 1:23; 5:23; Ez. 22:12; Miq. 3:11).