Leche

Alimento de suma importancia en Oriente, designado con dos palabras hebreas de significado distinto.
1. Heb. 2461 jalab, חָלָב, de jéleb, חֵלֶב, «gordura, riqueza» del ganado, lo que pone de manifiesto la alta valoración alimenticia de esta bebida; gr. 1051 gala, γάλα, que denota la leche fresca y dulce; lat. lac, de donde procede «lácteo».
2. Heb. 2529 jemeah, חֶמְאָה, de jamah, חמה = «coagular»; «leche» cuajada o «requesón», casi siempre traducido por «mantequilla». El contexto tiene que decidir la traducción correcta, pero en la mayoría de los casos se refiere a la leche cuajada, muy estimada como refresco en Oriente. Es lo que ofreció Abraham a los varones que le visitaron en > Mamre (Gn. 18:8); y lo mismo que > Jael dio a > Sísara en lugar del agua que había pedido (Juec. 5:25). Cuando se conservaba durante un buen tiempo, era particularmente provechosa para los viajes largos (2 Sam. 17:29).
La leche fue uno de los alimentos básicos de las poblaciones seminómadas y ganaderas, como la hebrea durante siglos, y lo siguió siendo a lo largo de la historia del antiguo Israel como símbolo de prosperidad y abundancia. Para un pueblo que fue siempre ganadero, los productos del rebaño eran de primera necesidad. La leche podía ser de vaca o de oveja (Dt. 32:14), de cabra (Prov. 27:27) y de camella (Gn. 32:15). Esta última es excelente como alimento, aunque falta de azúcar. Se conservaba en odres y se servía en tazones (Jue. 4:19; 5:25). Respecto a ciertos usos cananeos de tipo cultual y supersticioso, le Ley Mosaica prohíbe cocer el cabritillo en la leche de la madre (Ex. 23:19; 34:26; Dt. 14:21).
En el NT la leche se usa casi exclusivamente como una imagen de la Palabra de Dios en sus enseñanzas básicas para los cristianos recientes, en tanto que la «vianda-carne» indica las verdades que se enseña a los más maduros (1 Cor. 3:2; Heb. 5:12, 13); por su pureza y simplicidad, la leche simboliza la Palabra de Dios no adulterada (1 Pd. 2:2; comp. Is. 55:1).