NODRIZA

Heb. gral. meneqeth, מֵינֶקֶת, de 3243 yanaq, ינק= «chupar, dar leche»; Sept. gyné tropheúusa, γυνὴ τροφεύουσα (Ex. 2:7); NT 5162 trophós, τροφός = «que alimenta»; Vulg. nutrix, «nodriza que amamanta a un recién nacido» (Ex. 2:7–9; 2 R. 11:2). El otro término heb. prop. es masc. omen, אֹמֵן = «servidor», fem. omeneth, אֹמֶנֶת = «sirvienta», de 539 amán, אמן = «mantener, criar»; gr. tithenós, τιθηνός; lat. nutrix; doméstico, hombre o mujer, que se ocupaba de los niños pequeños. Traducido como: «la que cría» (Nm. 11:12), «aya» (Rt. 4:16); «nodriza» (2 Sam. 4:4).
La nodriza hebrea no se reducía a sus funciones de lactancia del niño que se le confiaba, sino que en muchos casos seguía siendo su aya en edad más crecida. Débora fue nodriza de Rebeca y pasó a formar parte de la familia, gozando de gran consideración (Gn. 24:59; 35:8). Las nodrizas eran por lo general muy apreciadas en la antigüedad (cf. Gn. 24:59; 35:8; 2 Sam. 4:4; 2 R. 11:2; 2 Mac. 1:20; cf. Homero, Odisea 2, 361; 19, 15, 251, 466; Virgilo, Eneida, 7, 1). En tiempos posteriores, y en las grandes familias, siervos masculinos, prob. eunucos, recibieron el encargo y la tarea de cuidar a los niños (2 R. 1:5; cf. Corán 4, 63).
En sentido figurado, Moisés se compara a una nodriza, con el objeto de descargarse de tanta responsabilidad: «¿Acaso concebí yo a todo este pueblo? ¿Acaso yo lo engendré, para que me digas: Como una nodriza lleva a un bebé, llévalo en tu seno a la tierra que juré dar a sus padres?» (Nm. 11:12). En el NT. el apóstol Pablo también hace uso de la misma figura para describir su ministerio pastoral: «Entre vosotros fuimos tiernos, como la nodriza que cría y cuida a sus propios hijos» (1 Tes. 2:7). Véase NIÑA, NIÑO.