NAZARENO

Nombre dado a Jesús, en gr. 3478 Nazarenós, Ναζαρηνός (Mc. 1:24; 14:67; 16:6; Lc. 4:34); y Nazoraîos, Ναζωραῖος, ambos adjetivos derivados de Nazareth, Ναζαρέθ = Nazaret, con el significado de «nacido en dicha localidad» o «residente en ella».
Como nombre aplicado a Cristo, este término se encuentra solo una vez en Mt. 2:23, donde se lee Nazoraîos. En los demás textos (Mt. 26:71; Mc. 1:24; 10:47; 14:67; Lc. 4:34; Jn. 17:5; Hch. 2:22 etc.) Iesûs Nazarenós es uniformemente traducido por «Jesús de Nazaret». En Hch. 24:5 los cristianos son llamados por > Tértulo «la secta de los nazarenos». El nombre tiene una evidente referencia a Nazaret, el primer hogar del Salvador, y se le aplica en los Evangelios solo por los que están fuera del círculo de sus amigos íntimos: por lo demonios en la sinagoga de Capernaúm (Mc. 1:24; Lc. 4:34); el entorno de Bartimeo (Mc. 10:47; Lc. 18:37); los soldados que lo arrestaron (Jn. 18:5, 7); unas criadas (Mt. 26:71; Mc. 14:67); Pilato en la inscripción de la cruz (Jn. 19:19) y los falsos testigos de Esteban (Hch. 6:14). En los Hch., sin embargo, es empleado por Pedro (Hch. 2:22; 3:6; 4:10), por el propio Señor ascendido, según el relato de Pablo de su conversión hecho a la multitud de airados judíos que le habían atacado en el Templo (Hch. 22:8), y por Pablo (Hch. 26:9).
En Mt. 2:23 se dice que Jesús fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret para que se cumpliese «lo dicho por medio de los profetas, que había de ser llamado nazareno». Ninguna predicción explícita de este tenor se encuentra en las profecías registradas en el AT, y se han avanzado varias teorías para explicar la referencia. Algunos querrían relacionar el pasaje con el nétzer, נֵצֶר = «retoño», de Is. 11:1 (Bauer, Gieseler, Meyer); pero esta y otras interpretaciones parecen poco probables. Que se aluda por el evangelista al nazireato se puede descartar por el hecho de que Cristo no era un nazir, ni tampoco se apoya en ninguna prueba positiva la teoría de que se pueda hacer referencia a alguna profecía perdida o meramente tradicional. No se ha encontrado una explicación más plausible que la dada por San Jerónimo en su Comentario a San Mateo, seguido por Paulus, Rosenmuller, Kuinil, Van der Palm, Gersdorf, Olshausen, Ebrard, Davidson y Lange, a saber, que la mención de «los profetas», en plural, excluye la referencia a un pasaje único, y señala más bien a las predicciones generales de que el Mesías sería despreciado (p.ej. Sal. 22; Is. 53). Nazaret era una pequeña aldea de Galilea, oscura e insignificante, tenida en poca consideración, de ahí que el nombre de «nazareno» equivaliera a un reproche (Jn. 1:46). Véase GALILEA, NAZAREO.
No solo el pueblo (Mt 21:11; Mc 10:47) y los demonios (Mc 1:24) reconocieron a Jesús como nazareno, sino también el ángel que anunció su resurrección (Mc 16:6). Inclusive, después de su resurrección, Jesús mismo se presentó a Saulo como «Jesús de Nazaret» (Hch 22:28). Después de la ascensión, a los cristianos también se les conocieron como nazarenos (Hch 24:5), principalmente en Siria. Algunos creen con Epifanio, padre eclesiástico, que el nombre nazareno se aplicó a una secta bautista precristiana que rechazaba los sacrificios, la Ley y la carne como alimento, pero la existencia de tal secta es hipotética.