Lucero. Lucifer

Heb. 1966 Helel, הֵילֵל, de halal, הלל = «brillar»; Sept. ho Heosphoros, ὁ Ἑωσφόρος; NT 5459 phosphoros, φωσφόρος = «el que porta o aporta la luz», de phos, φῶς, «luz, fuego», y phero, φέρω, «portar»; lat. Lucifer.
Tradicionalmente, uno de los nombres de > Satanás. Sin embargo, en su origen hace referencia al planeta Venus, llamado por los romanos Lucifer (Cicerón, Nat. Deorum, 2, 20). Después del Sol y de la Luna, Venus es el astro más resplandeciente. Según su posición al este o al oeste del Sol, este planeta es visible por la mañana o por la tarde. Cada 19 meses aproximadamente vuelve a la misma posición. Como astro matutino anuncia la venida del día.
El profeta Isaías compara el esplendor del rey de Babilonia con la de este resplandeciente astro: «¡Cómo has caído del cielo, oh lucero [helel], hijo de la mañana! [ben-shajar]» (Is. 14:12). Pretendió subir al cielo «por encima de las estrellas de Dios» para sentarse en el trono real en el Monte de la Reunión. Este texto fue utilizado por el judaísmo de la época greco-romana para explicar los orígenes y caída de Satán, convertido en uno de los nombres más populares del adversario divino, Lucifer. Otro tanto hicieron los escritores cristianos, para quienes Lucifer es también uno de los nombres de Satanás, el ángel rebelde expulsado del cielo (Tertuliano, Gregorio Magno). Los poetas propagaron este apelativo, en base a la asunción de que Lc. 10:18 explica Is. 14:12. Pero la aplicación de este pasaje de Isaías a Satanás es una verdadera tergiversación, ya que el texto bíblico se refiere única y exclusivamente al rey de Babilonia. En el lenguaje figurativo heb. una > «estrella» denota un príncipe o rey ilustre (Nm. 24:17; cf. Ap. 2:28; 22:16). «Caer del cielo» describe un repentino derrocamiento político inesperado, ser despojado de una alta posición de dignidad y autoridad (cf. Ap. 6:13; 8:10).
En 2 Pd. 1:19 phosphoros, φωσφόρος, «lucero de la mañana», se aplica metafóricamente a la próxima venida de Cristo cual aurora que ilumina y cumple la esperanza de los creyentes. Es la única vez que ocurre en el gr. bíblico, pues en la otra referencia a Jesús bajo la imagen sinónima de «estrella resplandeciente de la mañana» (Ap. 22:16), se usa el término gr. aster, ἀστήρ, «estrella». Véase ESTRELLA, SATANÁS, VENUS.