LENGUAJE FIGURADO

En la Biblia, como en el lenguaje ordinario, se usan metáforas, imágenes y figuras de dicción para expresar conceptos abstractos que escapan a los sentidos. Son numerosas estas imágenes bíblicas, procedentes de la vida diaria y de la naturaleza. Su riqueza se explica por el hecho de que los libros bíblicos están compuestos por orientales, de poderosa imaginación poética, para quienes la abstracción pura era menos corriente que para los griegos. A este hecho se debe también el carácter de la lengua hebrea, que es pobre en conceptos abstractos. La riqueza de imágenes dificulta a veces la recta interpretación del texto, sobre todo cuando están tomadas de costumbres antiguas, actualmente inexistentes.
El Señor Jesús empleó con toda intención el lenguaje figurado en sus parábolas. Pablo también lo usa en diversas ocasiones, como en el famoso pasaje de la armadura cristiana (Ef. 6:11–17). En el Sermón del Monte, el Señor Jesús ilustra sus enseñanzas con figuras tan atrevidas como «hambre y sed de justicia», «limpio corazón», «la sal de la tierra», «la luz del mundo», etc. (Mt. 5).
El apóstol Pablo toma sus imágenes preferentemente de la vida urbana grecorromana, que abunda en ilustraciones tomadas del deporte y la milicia. Véase ALEGORÍA, HERMENÉUTICA, INTERPRETACIÓN.