PARALÍTICO

Gr. 3885 paralytikós, παραλυτικός = «paralítico», enfermo de parálisis, gr. parálysis, παράλυσις.
La parálisis es la pérdida de la movilidad voluntaria o involuntaria de un músculo o grupo de músculos. En el AT se mencionan dos casos explícitos de parálisis parcial: el brazo de Jeroboam cuando pretendía apresar al profeta que le reprendía (1 R. 13:34), y el que menciona la maldición de Zacarías contra el mal pastor: «La espada hiera su brazo y su ojo derecho. Séquese del todo su brazo» (Ez. 11:17). En el NT la parálisis es considerada una enfermedad muy seria, y comprendía la apoplejía, que afectaba a todo el cuerpo (cf. 1 Mac. 9:55); la hemiplejía, solo a una parte; la paraplejía, que paralizaba todas las partes del sistema corporal desde el cuello para abajo; y la catalepsia, causada por una contracción total o parcial de los músculos, y que era muy peligrosa, además de causar un gran dolor (cf. Mt. 8:6; Lc. 7:2), ausente en la parálisis propiamente dicha.
Los efectos de la catalepsia sobre las partes afectadas eran violentos y mortales. Por ejemplo, cuando una persona era atacada por ella, si su mano estaba extendida, le era imposible volver a encogerla, o viceversa. Daba la sensación de empequeñecer y secarse, por eso los hebreos tenían la costumbre de describirla como «mano seca» (1 R. 13:4, 6; Zac. 11:17; Mt. 12:10–13; Mc. 3:1).
La mano seca, en concreto, gr. kheír xerá, χεὶρ ξηρά (Mc. 3:1), se puede entender en sentido de atrofia muscular o parálisis. En el caso de > Jeroboam (1 R. 13:4), puede deberse a parálisis o a una dolencia tetánica.