NECIO

El vocabulario heb. y gr. para describir la necedad es muy variado. Los términos más importantes son:
1. Heb. 191 ewil, אֶוִיל = «necio», falto de sabiduría (Prov. 24:7), con el matiz añadido de persona moralmente condenable. El necio es alguien que desprecia la sabiduría y la disciplina (Prov. 1:7; 15:5), se mofa de sus propias faltas (Prov. 14:9) y es contencioso (Prov. 20:3) y licencioso (Prov. 7:22); es inútil tratar de instruirlo (Prov. 16:22).
2. Heb. 3684 kesil, כְּסִיל, prop. «gordo», tonto o bobo, insensato, sin otra descalificación moral que la indulgencia en la propia necedad (Sal. 49:10; Prov. 8:5; 13:16; 15:2; 17:24; 23:9; 26:4; Ecl. 2:15; 4:5; 10:12; etc.).
3. Heb. 5036 nabal, נָבָל = «insensato, perverso, fatuo, impío»; es quien hace caso omiso de la voluntad de Dios, lo que constituye su mayor culpa moral: «Dijo el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido; han hecho cosas abominables. No hay quien haga el bien» (Sal. 14:1). La religiosidad es la fuente de la sabiduría, por ello el rechazo de Dios se considera no solo necedad, sino también malicia, soberbia y petulancia.
4. Gr. 878 aphron, ἄφρων = «necio» (Lc. 11:40; 12:20; 1 Cor. 15:36; 2 Cor. 11:19; 12:11), insensato, indocto, loco.
5. Gr. 801 asýnetos, ἀσύνετος, carente de entendimiento o discernimiento (Ro. 1:21–3), de a, privativa, sýnetos, «inteligente, entendido».
6. Gr. 4469 rhaká, ῥακά, palabra aram. relacionada con el heb. req, «vacío». Era una palabra de sumo desprecio, que indicaba al hombre vacío, sin moral ni inteligencia, el «imbécil». Tal como es condenado por Cristo el empleo de este vocablo en Mt. 5:22, se deduce que era peor que estar enojado, ya que en tanto que palabra ultrajante era una ofensa grave. Al parecer, se trataba de un insulto corriente en los días de Jesús. «Las palabras de Jesús hacer ver con una claridad tremenda que el juicio de Dios sobre el pecado es radical y total y no sólo castiga los actos sino también las mismas raíces de las acciones» (Th. Sorg).
En términos generales se puede decir que el necio no es un tonto o un idiota en sentido intelectual, sino una persona moralmente culpable por su falta de atención a la sabiduría e instrucción en la vida práctica que se deriva de la piedad. En este sentido es equivalente a pecador, pues implica una falta de voluntad en querer cumplir los mandamientos de Dios, característica propia de los malvados (Job 5:2; Prov. 14:9). Cuanto más talento se haya recibido, tanta más responsabilidad se tiene; el que usa sus dotes para fines perversos es un necio (1 Sam. 26:21; 2 Sam. 3:33; Sal. 14:1; cf. Sal. 14:2, 3, etc.; Prov. 26:10; Mt. 5:22). En este sentido hay que entender la acusación de «necios y ciegos» que Jesús dirige contra los fariseos (Mt. 23:19). El que se aparta de Dios para seguir ídolos y maldades es un necio (Jer. 4:22; 50:38; Ro. 1:22). Véase FILOSOFÍA, MALDICIÓN, SABIDURÍA.