MURMURACIÓN, MURMURAR

Heb. 3885 lun, לון o lin, לין = «quejarse» (Ex. 16:7); 8519 telunah, תְּלוּנָה = «murmuración, queja, querella» (Ex. 16:8, 9, 12); gr. 1112 gongysmós, γογγυσμός, «murmuración, murmullo», relacionado con el verb. 1111 gongyzo, γογγύζω = «musitar, murmurar, gruñir, decir algo en un tono bajo», término onomatopéyico que representa el significado mediante el sonido de la palabra, como en el correspondiente «murmurar» castellano; indica la actitud de los obreros en la parábola del señor de la viña (Mt. 20:11); de los escribas y fariseos contra Cristo (Lc. 5:30); de los judíos (Jn. 6:41, 43); de los discípulos (Jn. 6:61); del pueblo (Jn. 7:32); de los israelitas (1 Cor. 10:10).
La murmuración del pueblo de Dios en el desierto como queja frente a una situación que se le antoja insoportable e insufrible, recorre la historia paragdimática del éxodo y llega hasta los escritos del NT como una claro ejemplo de advertencia contra el vicio de la murmuración y sus funestas consecuencias, solo detenidas por la oración intercesora de Moisés (cf. Nm. 11:33, 34; 12; 14:30, 31; 16:3; 21:4–6; Sal. 78:30). La murmuración nace de una situación objetiva de carácter probatorio para las fuerzas ordinarias del ser humano, pero revela un espíritu deconfiado y descontento que aumenta el malestar y propicia la derrota. Por esta causa, los dirigentes y los profetas de Israel combaten este defecto moral con un fuerte llamado a la confianza en Dios y su providencia. Los libros sapienciales condenan rotundamente la murmuración (Sab. 1:11), como hace Pablo con toda energía respecto a la Iglesia (1 Cor. 10:10).
En la comunidad primitiva hubo un conato de división reflejado en las quejas o desagrado que dio lugar a la murmuración de los creyentes > helenistas en contra de los hebreos (Hch. 6:1), lo que obligó a los apóstoles tomar cartas en asunto de un modo institucional, nombrando supervisores, los llamados > diáconos, que no olvidasen los derechos de las distintas comunidades representadas en el naciente cuerpo eclesial de Cristo. Véase CISMA, CONTIENDA.