LEJÍA

La Escritura menciona dos sustancias de esta naturaleza, una heb. 5427 néther, נֶתֶר = «potasio»; gr. nitron, νίτρον; lat. nitrum: «Aunque te laves con lejía [néther, נֶתֶר] y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá delante de mí» (Jer. 2:22); otra, 1287 borith, בֹּרִית = «lo que limpia», es decir, «jabón»; gr. poía, ποία; lat. herba fullonum, herba borith. «¿Quién podrá resistir el día de su venida?, o ¿quién podrá mantenerse en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador y como lejía [borith, בֹּרִית] de lavanderos» (Mal. 3:2).
En el primer caso sería mejor traducir como «natrón», un carbonato de sosa obtenido de la naturaleza y del que se servían los antiguos (Prov. 25:20). Se hallaba en Asia Menor, en Siria, y sobre todo en un valle de lagos con depósitos alcalinos del Bajo Egipto, el Wadi el-Natroun, a unos 100 km. al oeste de El Cairo. Servía para el embalsamamiento de las momias egipcias. También se obtenía de las cenizas de ciertas plantas, prob. Salsola kali. Véase JABÓN, LAVANDERO.