Lámpara

Heb. 3940 lappid, לַפִּיד, prob. significa «brillante», y se traduce como «tea, antorcha, relámpago» (Gn. 15:17; Ex. 20:18, Job 12:5; 41:11; Jue. 7:16, 20; Is. 62:1; Dn. 10:6; Jue. 15:4; Nah. 2:4; Zac. 12:6); 5216 ner, נֵיר = «luz, lamparilla», con funciones domésticas (2 Sam. 21:17; Jer. 25:10; Sof. 1:12); gr. 2985 lampás, λαμπάς = «antorcha», relacionado con lampo, «resplandecer». Las lámparas se alimentaban con aceite procedente de un pequeño recipiente utilizado para este propósito (el angeíon de Mt. 25:4); como eran de poca capacidad, necesitaban ser llenadas con frecuencia; 3088 lykhnos, λύχνος, lámpara portátil de uso doméstico, generalmente puesta sobre un soporte o candelero.
La Biblia menciona frecuentemente la utilización de lámparas, tanto en el culto como en la vida doméstica. Las siete lámparas del candelero de oro, primero en el Tabernáculo y después en el Templo, eran de oro (Ex. 37:23; 1 R. 7:49); un aceite de olivas machacadas alimentaba la llama (Ex. 27:20). Las despabiladeras para cortar las mechas eran asimismo de oro, igual que los platillos (Ex. 25:38). Las lámparas ordinarias se hacían de barro o arcilla; las más humildes eran abiertas, sin ninguna cobertura, pero también había lámparas con tapadera, independiente o parte del utensilio. Un orificio en el centro de la tapadera permitía la introducción del aceite; en un extremo, otro agujero dejaba pasar una mecha.
El sentido primario de «luz» aparece en el uso metafórico o figurado de la palabra. Así, la lámpara representa la Palabra de Dios que ilumina (Sal. 119:105; Prov. 6:23). La antorcha es la imagen de la salvación divina (Is. 62:1; Fil. 2:15, «luminares»). El espíritu del hombre es una «lámpara de Yahvé» (Prov. 20:27). Extinguir la lámpara de alguien significa su destrucción (2 Sam. 21:17; Prov. 13:9). La lámpara simboliza el testimonio de los creyentes que da luz a las almas perdidas en las tinieblas (Jn. 5:35; Mt. 5:15–16; cf. Ap. 1:12, 20). David era «la lámpara de Israel» (2 Sam. 21:17). Dios prometió que le daría «lámpara a él y a sus hijos para siempre» (2 Cro. 21:7). Apagar la lámpara equivale a terminar la existencia (Job 29:3). Véase ANTORCHA, CANDELABRO, LINTERNA, LUZ.