Manzana

La manzana del Antiguo Testamento (en hebreo, tappuah) no es el fruto que hoy conocemos por ese nombre y que no se da bien en la Palestina. Se han sugerido otros frutos: la cidra, citrus medica; la naranja china, citrus sinensis; y el albaricoque, prunus armeniaca, todos ellos se han importado de Oriente en tiempos relativamente recientes. Sin embargo, la manzana se menciona en La leyenda de Aqht (121.II:11), lo cual la sitúa en Siria en el siglo XIV a.C., y se usa como nombre de algunas ciudades bíblicas (Jos 15:34, 53; 17:8). De ahí que se identifique preferiblemente con el membrillo, cydonia oblonga, que sí es oriundo de las tierras bíblicas.
Una tradición popular habla de la manzana del paraíso, pero el texto solo dice «árbol» y «fruto» (Gn 3:1–19). El error se basa en la identificación falsa del árbol del Cnt 8:5 con el del huerto del Edén.
La RV traduce el vocablo hebreo kaftor por manzana en Éx 25:33–36; 37:17–22. Se trata de un detalle decorativo del candelero del tabernáculo. Según parece, estas manzanas sostenían las flores que adornaban el candelero, pero se desconoce su forma exacta. (Josefo, Antigüedades III,vi.7).