MAÑANA

Heb. 1242 boqer, בֹּקֶר = «amanecer, alba, mañana», de 1239 baqar, בקר= «salir» (Gn. 1:5); gr. 4405 proía, πρωΐα, derivado del adjetivo proíos, πρωΐος, «temprano», de pro, «antes»; primera parte del día después de la salida del sol (Mt. 21:18; 27:1; Jn. 18:28; 21:4).
Bajo el dominio persa, y por su influencia, los judíos dividieron la mañana en dos partes: la primera, el amanecer; la segunda, cuando el horizonte se iluminaba. Los redactores del Talmud de Jerusalén la divieron en cuatro partes, la primera de las cuales recibe el nombre de Ayyéleth hashshájar, אַיֶּלֶת הַשַּׁחַר, o «alborear del día», que es el título del Sal. 22: «Al músico principal. Sobre Ayyéleth hashshájar. Salmo de David».
Los judíos, como todos los pueblos antiguos, solían ser muy madrugradores, y el verbo «madrugar», heb. 7925 shakham, שׁכם, «comenzar temprano», aparece unas 30 veces en el AT.
La forma gr. posterior de proía, es 4407 proinós, πρωϊνός, califica a aster, «estrella», en Ap. 2:28 y 22:16, donde se dice que Cristo va a dar al vencedor «la estrella de la mañana», que es precisamente uno de los títulos cristológicos de este libro. Véase ALBA, DÍA, ESTRELLA, HORA.