JEHOVÁ

JEHOVÁ Forma en que ha llegado hasta nosotros el nombre propio que los israelitas dieron a Dios. Por reverencia y para no pronunciar el sagrado nombre, los israelitas leían Adonai (→ SEÑOR) o Elohim (→ DIOS) donde figuraba el nombre de Jehová. Como las vocales del nombre «Jehová» no se escribían, se perdió la pronunciación propia, y poco a poco se sustituyeron por las vocales de Adonai (a/e-o-a). Así se acuñó la ortografía JeHoVaH, que quedó establecida desde el siglo VI d.C. Hay fundamentos para concluir que la pronunciación original haya sido Yahveh, como escriben algunas traducciones modernas (BC, NC, Str, BJ).
La palabra Jehová deriva probablemente de la raíz hwh o hyh (ser). Se ha traducido como «el que es», haciendo referencia a la eternidad y autonomía del ser de Dios, o «el que da el ser», aludiendo a su calidad de creador. Pero más exactamente debe entenderse como «el que está (presente)», que coincide mejor con la idea bíblica del Dios vivo, que se manifiesta sensiblemente cómo y cuándo lo desea. Esta interpretación coincide, además, con el pasaje de Éx 3:11–15, en el que Dios declara su nombre a Moisés como «Yo Soy» (o «seré» o, según sugerimos: «Yo estoy [o “estaré”] presente»).
Tal vez Éx 6:3 no debe interpretarse en el sentido de que Israel desconocía el nombre de Jehová hasta entonces (lo cual no cuadraría con Génesis 15:7 y 28:13), sino como que todavía no se había revelado su verdadero significado y poder. Dios no se manifiesta aquí como un Dios nuevo o extraño, sino como «Jehová, el Dios de vuestros padres» (Éx 3:15). También se ha especulado sobre si Jehová sería una variante ampliada de formas más breves como → JAH (Gn 15:2; Sal 68:4, etc.), Hallelu-jah, de donde deriva nuestro «aleluya» (alabad a Jah) o Jahu (aparece en nombres compuestos como Jesha-Jahu que significa Isaías, Jehová salva). Pero también es posible que estas sean abreviaciones de Jehová.
El término «Jehová de los ejércitos» (Jehová Tsebaoth) figura 279 veces en el Antiguo Testamento, especialmente en los profetas. Se han propuesto tres interpretaciones para la expresión «los ejércitos»:
1. Los ejércitos de Israel (1 S 17:45; 2 S 6:2).
2. Los ejércitos de estrellas, las huestes de los cielos (Jue 5:20).
3. Las legiones de ángeles y espíritus (Gn 32:1, 2).
En vista de pasajes como 1 S 17:45 muchos se inclinan a creer que la primera alternativa es la más antigua y que las otras fueron aplicaciones del significado del término.
Otras combinaciones del nombre Jehová ayudan a comprender la doctrina bíblica de Dios:
Jehová-melek (Jehová es rey, Is 6:5 y numerosos salmos): Afirma la soberanía y el poder de Dios y la total dependencia de su protección.
Jehová-nisi (Jehová mi bandera, Éx 17:15; cf. Sal 60:4; Is 11:10): Indica que Jehová es la señal de victoria, el poder o el refugio (Septuaginta) de su pueblo en los conflictos.
Jehová-salom (Jehová es paz, Jue 6:24).
Jehová-tsidqenu (Jehová justicia nuestra, Jer 23:6; 33:16).
Todos estos términos señalan a Dios por la actividad redentora y restauradora que lo caracteriza en la relación con su pueblo.
En el griego de la Septuaginta, Jehová se traduce por Kyrios (Señor), término que el Nuevo Testamento adopta generalmente al citar el Antiguo Testamento. Es por eso tanto más significativo que el Nuevo Testamento adscriba a Jesucristo este título en pasajes en que el Antiguo Testamento se refiere a Jehová.