MEZUZÁ

Heb. 4201 Mezuzah, מְזוּזָה o Mezuzoth, מְזוּזֹת, sing. y pl. de «poste» o «jamba de la puerta». Según la tradición judía, la santidad del hogar judío está simbolizada en la Mezuzá, pequeño rollo de pergamino manuscrito de manera especial, colocado en un estuche y fijado en la jamba derecha de la puerta principal. Ello da fe, también, de la cuidadosa vigilancia que Dios ejerce sobre el hogar y todo lo que este último contiene, recordando tanto a moradores como a visitantes, a la entrada misma del recinto, que «esta casa es un santuario del Todopoderoso».
La Mezuzá contiene dos pasajes bíblicos mencionados en Deuteronomio 6:4–9; 11:13–21. El uno declara la unidad del único Dios y el deber sagrado y eterno de servirle, y el otro expresa la seguridad que Dios otorga a los que guardan los preceptos de la Torah. En el reverso del pergamino aparece el Nombre Divino > Shadai, שָׁדַי, que forma al mismo tiempo un > acróstico de Shomer Delathoth Yisrael, שׁוֹמֶר דְלַתוֹת יִשְׂרָאֵל, con el significado de «Guardián de las puertas de Israel».
Se trata de una costumbre muy antigua, atestiguada por Josefo cuando dice que «los judíos escriben las grandes bendiciones de Dios sobre sus puertas» (Ant. 4, 8, 13). La Mezuzá se debe fijar según unas reglas prescritas: En posición inclinada, con su parte superior apuntando hacia el interior del cuarto; en la jamba derecha de la puerta, según se entra al cuarto; en el tercio superior de la altura total de la jamba; en la parte exterior del ancho de la entrada (unos 8 cm.).
Antes de fijarla en la jamba derecha de la puerta, debe recitarse la siguiente plegaria: «Bendito eres tú, Señor nuestro Dios, Rey del Universo, que nos has santificado con tus preceptos y nos has ordenado fijar la Mezuzá».
Debe ser adquirida de una fuente de confianza, a fin de tener la seguridad de que ha sido manuscrita de la manera apropiada, sobre pergamino especial, por un > escriba (sopher) habilitado a tal efecto, o en su defecto, puede ser solicitada directamente de tal escriba.
No solo la puerta de entrada, sino también todas las puertas que conduzcan a cuartos cuyas dimensiones sean de por lo menos cuatro codos cuadrados (1 codo = aprox. 48 centímetros) requieren la fijación de la Mezuzá. Si la superficie del cuarto es de 16 codos cuadrados, pero su ancho mide menos de cuatro, debe colocarse sin recitar la bendición. Se acostumbra colocar la mano derecha sobre la Mezuzá y besarla tanto al entrar como al salir de la casa. Lo mismo se hace, generalmente, durante el transcurso de la plegaria nocturna, antes de retirarse a descansar. Véase POSTES, UMBRAL.