MANAHÉN

Heb. 4505 Menajem, מְנַחֵם = «consolador»; cun. Menihimme; Sept. Manaem, Μαναήμ; Vulg. Manahem; Josefo, Manáemos, Μανάημος (Ant. 9, 11, 1). Decimoséptimo rey de Israel. Reinó 10 años (c. 752-c. 742 a.C.; 2 R. 15:17). Hijo de Gadi, parece haber sido uno de los generales del rey > Zacarías, que fue asesinado por > Salum y se estableció como rey en Samaria. De inmediato Manahem salió para la capital, mató a Salum y se erigió como rey (2 R. 15:8–10, 13, 14).
A fin de obtener para su precaria situación el apoyo asirio, cuyo poder asomaba por la frontera noreste del reino, pagó un pesado tributo de 1.000 talentos de plata a > Tiglat-pileser III. Reunió tal cantidad imponiendo un impuesto de 50 siclos a 60.000 hombres ricos de Israel (2 R. 15:19, 20). Prob. no le quedó otro remedio, ya que carecía del recurso al tesoro del Templo, como en el caso de sus homónimos de Judá. El pago de este tributo es mencionado en una inscripción mural de Tiglat-pileser excavada en Cala.
Manahem fue tan malo como sus predecesores (v. 18). Josefo lo describe como un hombre despiadado y cruel (Ant. 9:11, 1). En > Tifsa cometió un acto atroz, cuando sus habitantes se negaron a abrirle las puertas, negándose así a aceptarlo como rey: tomó la ciudad al asalto, mató a todos los hombres del lugar y sus alrededores y abrió el vientre de todas las embarazadas (v. 16). Tal brutalidad es un índice de la creciente degradación del reino, impuesto mediante el terror sobre los súbditos recalcitrantes. Los profetas contemporáneos Oseas y Amós han dejado un cuadro triste de la impiedad, desmoralización y debilidad del Israel de la época. A su muerte, el trono pasó a su hijo Pekaía (2 R. 15:22).