ESTANQUE

ESTANQUE Depósito de agua distinto a una → CISTERNA por estar al descubierto. Durante el estío las lluvias cesaban en Palestina y los estanques naturales se secaban, por lo que era imprescindible recoger agua en depósitos artificiales y permanentes (Ec 2:6).
La arqueología moderna ha puesto de relieve la necesidad de depósitos de agua en ciudades expuestas a ataques del enemigo. Así, Ezequías cavó un túnel de más de quinientos metros de largo para traer el agua de la fuente de Gihón al estanque de Siloé, dentro de las murallas de Jerusalén (2 R 20:20; cf. Neh 3:15; Jn 9:7, 11). (→ BETESDA; SILOÉ.)

El estanque de Siloé (Jn 9:7–11), un depósito dentro del muro de Jerusalén que tenía la fuente de agua de la ciudad.

No es fácil ubicar ahora con precisión arqueológica los famosos estanques de Jerusalén. El lugar de Siloé se conoce y se cree que Betesda (Jn. 5:2) se hallaba en el sector nordeste de la ciudad. Importantes eran los estanques «de debajo» y «el viejo» entre los muros (Is 22:9–11).