LÍMITE, FRONTERA

Heb. 1366 gebul, גְּבוּל o gebulah, גְּבוּלָה = «frontera, límite, territorio, lugar encerrado» (Dt. 19:14; 27:17; Prov. 22:28; 23:10; Job 24:2); gr. 3725 horion, ὅριον, el límite de un país o distrito (de donde procede término castellano «horizonte»), se usa siempre en plural; «contorno, región»; 3734 horothesia, ὁροθεσία, establecimiento de un límite, más que el mismo límite, de horos, «límite», y títhemi, «poner» (Hch. 17:26), «términos».
El vocablo a veces se refiere a un objeto concreto que marca el límite de un campo (> lindero) o el borde una cosa u objeto, p. ej. una estaca, un piedra, un mojón, un árbol, una cueva, un río o algún tipo de señal. Otras veces denota fronteras étnicas, como las demarcaciones de las tribus de Israel (cf. Dt. 3:16).
La definición del tamaño de las propiedades y la separación de los terrenos que pertenecía a diversos dueños eran asuntos tan serios que, en opinión de los antiguos, merecían ser puestos bajo la protección de los dioses, lo que en Roma recibía el nombre de Terminus; las imágenes o postes eran llamados herma o termini, colocadas en la línea que separaba cada propiedad. Dios mismo, cuyo intención manifiesta era hacer de los hebreos una nación agrícola en Canaán, estableció cuáles serían los límites de la tierra para Israel (Nm. 34:1–12). La tierra que tocara a cada persona no debía ser reducida (cf. Dt. 27:17). Traspasar los linderos era un acto de impiedad (Job 24:2). La degeneración de Judá es descrita como un acto de bandolerismo, por el cual los príncipes traspasan los linderos (Os. 5:10). Véase LINDERO.