Dominio Propio

Dominio Propio Capacidad que tiene un individuo de controlarse o de equilibrar sus acciones y emociones. Se puede decir que el dominio propio es el resultado arduo y difícil de un ejercicio de la personalidad. El dominio propio se contrastaba con la conducta destructora y desordenada (cf. Ro 13:13s; 1 Ts 5:6–8; 1 P 1:13).

Varios concepto están estrechamente implicados para designar la moderación con que el líder cristiano debe controlar su vida, utilizar los bienes materiales y de manera especial la comida, la bebida (Ef 5:18; 1 Ti 3:2s) y los apetitos sexuales (1 Co 7:9; 1 Ti 5:14). La templanza es el término que más se aproxima a esta significación. La palabra griega sofrosyne señalaba la discreción y moderación que debía tener un rey en la administración de su imperio. Solo la mansedumbre y el dominio propio por su naturaleza no necesitan arbitrio alguno (Gl 5:23). La cobardía es antitética al dominio propio (2 Ti 1:7). Este es parte de un proceso de esfuerzo humano que se añade a la fe. Dios ha dado al creyente un espíritu de dominio propio para que este regule su conducta moral.

La palabra enkrateia se usa en la LXX para referirse al control de José sobre sus emociones e impulsos frente sus hermanos (Gn 43:31). En el Nuevo Testamento, el dominio propio es esencialmente un fruto del Espíritu (Gl 5:22s).