Mirto

Heb. 1918 hadas, הֲדַס; Sept. myrsine, μυρσίνη; Vulg. myrtus. Arbusto muy abundante en Israel que se caracteriza por sus ramas aromáticas y por sus hojas, que están verdes en todas las estaciones del año. Crecía en los montes vecinos a Jerusalén. Se trata indudablemente del mirto común, Myrtus communis, que se halla por toda Palestina. En las visiones mesiánicas aparece como señal de abundancia y prosperidad: «Haré crecer en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos. Pondré en la región árida cipreses, olmos y abetos» (Is. 41:19; 51:3). En una visión de Zacarías, los caballos aparecen entre mirtos (Zac. 1:8–11). Durante la Fiesta de los Tabernáculos se usaban sus ramas para hacer cabañas (Neh. 8:15).
En general, el mirto es una planta muy apreciada desde la más temprana antigüedad en todos los países del sur de Europa, y es mencionada con frecuencia por los poetas. Los griegos y los romanos lo dedicaban a Venus (Virgilio, Geórgicas, 4, 124; Ovidio, Met. 9, 334; 11, 232), y se utilizaba en la confección de guirnaldas para coronar a los amantes (Plinio, 15, 36; Diódoro Sículo, 1, 17); entre los judíos era un emblema de justicia.