Límites, Linderos

La costumbre de deslindar los campos era bien conocida por los pueblos antiguos. Los griegos y los romanos confiaban la protección de los límites a algunas divinidades a las que honraban con culto especial (Hermes, que significa término). En Israel había decretada una maldición divina sobre quien violase la propiedad (Dt 25:17), y el mismo Señor velaba por los límites de la viuda y de los huérfanos indefensos (Pr 15:25; 23:10). Estaba prohibido alterar o suprimir los límites establecidos (Dt 19:14). Y la heredad de los padres debía respetarse en toda su integridad: «No desplaces el lindero antiguo que tus padres hicieron» (Pr 22:28 BJ).