Año Sabático

Año Sabático Institución íntimamente ligada con la del sábado. Se ordenaba que, al cabo de seis años de trabajo, se diera libertad a los esclavos israelitas. Además, cada siete años había que dejar la tierra en → Barbecho y abandonar los frutos en el olivar o el viñedo (Éx 23:10, 11). Deuteronomio señala que ese año debía ser también de liberación financiera. Pero no podemos precisar en qué sentido debía serlo: si los acreedores habían de abandonar totalmente su derecho a cobrar deudas, o si solo se trataba de renunciar al interés producido por estas (15:1). Es posible que esta remisión haya sido consecuencia de la ordenanza anterior: si el agricultor abandonaba aquel año los productos de la tierra, le era imposible pagar el interés por sus deudas.

Sin embargo, solo después de la adopción del código sacerdotal se celebró realmente el año sabático (Lv 26:34, 43). La tierra, en todas partes, debía poder celebrar en un año un sábado en honor al Señor (Lv 25:1–7). Durante esos doce meses no había que cultivar nada. La Ley prometía magníficas cosechas el sexto año para que pudiesen vivir al año siguiente (Lv 25:20, 21). En tiempo de Nehemías, los israelitas se comprometieron a guardar el año sabático (Neh 10:31). Este compromiso se respetó en más de una ocasión (1 Mac 6:49, 53). Los historiadores Josefo y Tácito hacen alusión a ello; el primero, para informarnos que el emperador eximió a los judíos, cierto año sabático, de pagar impuesto, y el segundo, para ofrecer un ejemplo de lo que él consideraba la pereza de los judíos. Sin embargo, no es seguro que esta ley se observara habitualmente. El Talmud atestigua su cumplimiento, porque da numerosas prescripciones para resolver las dificultades suscitadas por su aplicación. (→ Jubileo.)