Adopción

Adopción Acto por el que una persona recibe como hijo a uno que no lo es, y le confiere todos los derechos y obligaciones de esa posición.

Aunque la adopción se conocía en tiempos antiguos (por ejemplo, en los archivos de → Nuzi), los judíos no la practicaban directamente. Por lo general, los casos en el Antiguo Testamento que se asemejan a la adopción formal sucedieron en países extranjeros y los adoptados de un israelita solían ser parientes cercanos (Gn 48:5; Éx 2:10; 1 R 11:20; Est 2:7).

En el Nuevo Testamento solo Pablo usa la palabra y da en cada una de las cinco referencias un sentido teológico. En el derecho romano, el término adoptio se usaba cuando un hombre tomaba como suyo al hijo de otro, en un acto que incluía una venta simbólica delante de testigos. Quizás Pablo se refiera a esta costumbre en Gl 4:5, 6.

La doctrina neotestamentaria de la adopción se presenta especialmente en Ro 8:15; Gl 4:5 y Ef 1:5. La posición de hijo se pone en contraste con la del esclavo (Ro 8:15; Gl 4:7) o la de un menor bajo tutela (Gl 3:25, 26). La adopción es un acto soberano y gratuito de Dios (Ef 1:5), por el que, sin mérito humano y en base a la redención consumada en la cruz (Gl 4:5), Él da al creyente en Cristo la posición de hijo suyo (Gl 3:26).

Usando adopción en un sentido algo distinto, Ro 9:4 habla de la relación especial que Dios estableció con la nación de Israel (cf. Éx 4:22). Romanos 8:23 se refiere a la futura realización completa o «promulgación pública» de nuestra posición como hijos (cf. 1 Jn 3:1–3).

Como adoptado, el creyente tiene confianza en Dios en vez de temor (Ro 8:15). La obra del Espíritu Santo es concientizarlo en su posición y encaminarlo en ella (Ro 8:14, 16) hacia una herencia juntamente con Cristo (Ro 8:17). Aunque la palabra adopción no aparece en otros pasajes, el concepto se encuentra a través del Nuevo Testamento, sobre todo en los escritos de Juan (p. ej., Jn 1:12). (→ Hijo; Hijo de Dios.)