Recibe este nombre la lista de Gn. 10:1–32 en la que se da la relación de la descendencia de los tres hijos de Noé, a quienes Dios ordena repoblar la tierra, asolada por el > diluvio.
1. Sentido teológico.
2. Los hijos de Jafet.
3. Los hijos de Cam.
4. Los hijos de Sem.
I. SENTIDO TEOLÓGICO. La tabla etnográfica ofrecida en Génesis 10 es un documento único en la literatura antigua, ya que no encontramos nada tan completo en las literaturas egipcia o mesopotámica (García Cordero). Noé viene a ser el nuevo progenitor de la humanidad. Se mencionan 71 pueblos en total en un área geográfica limitada al Oriente Próximo y a los pueblos de raza blanca y negra. Nada se dice de otras naciones y regiones del orbe. La enumeración bíblica está orientada por un pensamiento profético-teológico, que sitúa a Israel en el centro de todos los pueblos de la tierra. El propósito de la lista es enseñar que todos los pueblos del mundo en los que pensaba el autor, entre el mar Negro y Etiopía, entre Persia y Grecia, son hermanos y componen la gran familia humana. De entre todos ellos Dios escoge solamente uno, Israel, para hacer de él su pueblo especial en el orden de la Historia de la Salvación. «Desde el punto de vista histórico-teológico la inserción de la lista de naciones constituye una ruptura radical con el mito» (G. von Rad).
La lista se elabora a base de tres elementos:
a) una carta geográfica que distribuye a los pueblos en tres zonas: los de la zona septentrional están vinculados a Jafet (Gn. 10:2–5); los de la meridional, a Canaán (vv. 6, 13–20); los de la central, a Sem (vv. 22, 31);
b) una tradición histórica relativa al nacimiento de la primera potencia política en las ciudades de Babilonia y Asiria (10:8–11);
c) una verdadera genealogía (heb. toledoth), formada por nombres de personas, es decir, los antepasados de los pueblos llamados «hijos de Eber», una rama de los cuales dio origen a la familia de Abraham (vv. 21, 24–30).
En esta tabla el parentesco no está determinado solamente por la etnia, sino también por el comercio, la política, la lengua y la cultura. Aquí «hijo» (bené, «hijos de») tiene un alcance amplísimo. Esta es la razón de que Canaán no esté citado entre los descendientes de Sem, sino de Cam, porque la política de Canaán estaba unida a la de Egipto, que descendía de Cam.
En primer lugar, se da la descendencia de Jafet (Gn. 10:2–5), después la de Cam (Gn. 10:6–19), y por último la de Sem (Gn. 10:22–29), lo cual muestra un orden inverso a su fecha de nacimiento; mediante este recurso, el autor, al empezar por el último, se ocupa de los pueblos más lejanos, para después concentrarse en los más próximos.
II. LOS HIJOS DE JAFET. Jafet tuvo siete hijos (Gn. 10:1–2). El primero, > Gomer, epónimo de los cimerios, llamados Gi-mir-ra-a-a en los documentos cuneiformes. Ezequiel los ubica en los confines del norte (Ez. 38:6), en la actual Crimea. Empujados por los escitas pasaron al Asia Menor y a Armenia, que en la antigüedad incluía Turquía. Los hijos de Gomer fueron > Askenaz, los escitas de los textos asirios, > Rifat, que habitaban junto al mar Negro, y > Togarma (Gn. 10:3), que ocupaban Capadocia, en Turquía.
El segundo hijo fue > Magog. Ezequiel dice que habitaba en las regiones del norte (Ez. 38:15; 39:2). Josefo apunta que los que él llama magotitas, los griegos llaman escitas, que invadieron Asía en el siglo VII a.C. La región que ahora incluye parte de Rumanía y Ucrania era llamada Escitia por los antiguos.
El tercero fue > Madai, epónimo del pueblo medo, en acadio Ma-da-a-a, que habitaban el sur del mar Caspio y son llamados uniformemente > medos en todo el AT. El cuarto, > Javán, son los jonios o griegos, que habitaban en las islas del mar Egeo. Los hijos de Javán fueron > Elisa, que parece ser Chipre, la Alasia de los textos de Tell Amarna; > Tarsis, identificado con los tartesos; > Quitim, los griegos de Chipre; y > Dodanim, los habitantes de la isla de Rodas (Gn. 10:4), todos ellos estrechamente relacionados entre sí como etnia griega. El quinto, > Tubal, son los tabâli de los textos asirios, o tipal de los hititas, los tiberianos mencionados por Heródoto y situados en la orilla meridional del mar Negro (cf. Ez. 27:13; Is. 66:19). Josefo dice que tobelitas o tiberianos, dieron origen a los íberos. El sexto, > Mesec, los moskhoi de Heródoto, los muski o moski de los textos asirio-babilonios, que habitaban en la región montañosa donde nacen el Trigris y el Éufrates. El séptimo, > Tiras, los tirsenos, piratas de las islas del Asia Menor, llamados turusa en las estelas de Merneftah (s. XII a.C.), o etruscos.
III. LOS HIJOS DE CAM. Los descendientes de Cam son cuatro: > Cus, > Mizraim, > Fut y > Canaán (Gn. 10:6), situados en el suroeste de Asia y África. El primero, Cus, en egipcio kos y acadio ku-u-su, es > Nubia/Etiopía. El descendiente más prominente de Cam fue > Nimrod, el fundador de Babel (Babilonia), así como Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar (Babilonia). El segundo, Mizraim, es el nombre hebreo de > Egipto; de él descienden, entre otros, > Patrusim, de donde salieron los filisteos, dando luego el nombre a Palestina. El tercero, Fut, el punt de los egipcios, es identificado por Josefo con Libia, pero quizá se trate de la actual Somalia, al sur del mar Rojo. Era el país de donde procedían las especias, incienso, mirra, aromas, oro, plata y pedrería. El cuarto, Canaán, corresponde a los cananeos, que habitaban la región que más tarde los romanos llamarían Palestina, y que comprendía la región de Fenicia hasta Hamat. Entre sus descendientes se cuenta a > Sidón, el fundador de la antigua ciudad que lleva su nombre; a > Het, el patriarca del imperio hitita (Gn. 10:14–18); y a los > jebuseos, que habitaron Jerusalén (cf. Jue. 19:10), así como a los amorreos, los gergeseos, los heveos, los araceos, los sineos, los arvadeos, los zemareos y los hamateos que después se dispersaron por toda la tierra de Canaán.
IV. LOS HIJOS DE SEM. Sem tuvo cinco hijos: > Elam, > Asur, > Arfaxad, > Lud y > Aram (Gn. 10:22). El primero, Elam, corresponde a los elamitas, los E-lam-tu de los textos cuneiformes; aunque era un pueblo de lengua no semítica, tuvo muchas relaciones con los semitas, que vivían en Elam desde finales del III milenio; dieron origen a los > persas. El segundo, Asur, originario de los asirios. El tercero, Arfaxad fue el progenitor de los caldeos. En los documentos de Nuzi se registra el nombre de Arip-hurra como fundador de Caldea. Su descendiente, > Heber, le dio su nombre al pueblo hebreo por la línea Heber-Peleg-Reu-Serug-Nacor-Taré-Abram (Gn. 11:16–26); así a Abraham se le llama ibrí, «hebreo», y es el nombre que los egipcios dan a los israelitas (Gn. 39:14–17; 41:12; Ex. 1:16; 2:6). El otro hijo de Heber, Joctán, tuvo 13 hijos (Gn. 10:26–30), de los cuales todos se asentaron en Arabia.
El cuarto hijo, Lud, es, al parecer, los lubdu de las inscripciones cuneiformes asirias, que habitaban entre el Tigris y el Éufrates superior; otros creen que fue el ancestro de los lidios del Asia Menor, en lo que es ahora Turquía Occidental. El quinto, Aram, es el progenitor de los arameos del desierto siroarábigo, con una lengua de tipo semita occidental muy afín al cananeo, del que derivan el fenicio y el hebreo. A mediados del segundo milenio a.C. se dispersaron hacia el Éufrates y al oeste. Véase CAM, GENEALOGÍA, JAFET, SEM.