EPÍSTOLA Al principio «epístola» y «carta» eran sinónimos, pero con la publicación (siglo IV a.C.) de colecciones de las cartas de Isócrates y Platón, comenzaron a surgir un estilo y una forma epistolares. La epístola llegó a ser el escrito extenso destinado a muchas personas, con valor didáctico y duradero. Como en tiempos antiguos no se conocía el papel, solían usarse tablas de arcilla y otros materiales (→ ESCRITURA).
Casi todas las cartas mencionadas en el Antiguo Testamento son portadoras de malas noticias como la de David a Joab (2 S 11:14s), la de Jezabel acerca de Nabot (1 R 21:8–10) y la de Senaquerib a Ezequías (Is 37:10–14). La única carta semejante a una epístola es la del profeta Elías (2 Cr 21:12ss). La mayoría de las cartas se encuentran en Esdras, Nehemías y Ester.
Una epístola, o carta, en el idioma griego del tercer siglo d.C., escrita a una persona llamada Afrodita.
Desde el descubrimiento de las cartas de la biblioteca de Mari, esta clase de literatura extrabíblica ha apoyado e iluminado los datos bíblicos. Las trescientas veinte tabletas de → EL AMARNA en Egipto reflejan las condiciones de Palestina en tiempos de la conquista. Los ostracones de → LAQUIS revelan el asombro y la angustia que causaron las invasiones asirias. Y desde Elefantina (400 a.C.), los papiros han permitido comprender mejor los tiempos pérsicos, griegos y romanos.
En el Nuevo Testamento la epístola llega a su apogeo como vehículo de revelación e incluso viene a ser un nuevo género literario. Veintiuno de los libros del Nuevo Testamento son Epístolas Generales o Católicas, atribuidas a distintos apóstoles.
El reverso de la carta a Afrodita, mostrando cómo dos piezas de papiro se juntaban de forma cruzada para crear material para la escritura.
Las epístolas ocupan un lugar en el canon porque han comprobado su poder inspirador en las iglesias. Cada una responde a necesidades concretas. Se leían en los cultos y casi desde su composición se aceptaron como Palabra de Dios (1 Ts 2:13; 1 P 1:12; 2 P 3:15ss).
Muchas epístolas se escribieron con la colaboración de secretarios o amanuenses, cuya intervención en la elaboración era a menudo considerable. En la providencia de Dios, algunas epístolas se han perdido, por ejemplo, dos de las cuatro que Pablo escribió a los → CORINTIOS (1 Co 5:9; 2 Co 7:8) y la enviada a los laodiceos (Col 4:16).
EPÍSTOLAS PASTORALES Último grupo de los escritos de Pablo, formado por 1 y 2 Timoteo y Tito. Su nombre obedece a que gran parte de su contenido trata del trabajo pastoral en la iglesia y de los deberes del ministerio cristiano.
Autor Y Fechas
Durante los últimos cien años, la paternidad paulina de las Epístolas Pastorales ha sido gran motivo de discusión. Algunos críticos las han atribuido a un autor desconocido del siglo II, pero esta opinión ya se desechó. Los críticos más prominentes en el Nuevo Testamento, aunque reconocen dificultades, afirman la paternidad paulina.
Cuando escribió 1 Timoteo y Tito, → PABLO no estaba preso; pero al escribir 2 Timoteo, no solo lo estaba, sino que presentía el final de su vida. De 1 Timoteo 1:3 se deduce que Pablo había estado cerca de Éfeso. Tito 1:5 indica que visitó Creta. Segunda de Timoteo 1:16s parece indicar una defensa preliminar y por 4:13 se sabe que estuvo en Troas (4:20). Todos estos hechos no caben en la narración dada en Hechos y, por tanto, no hay otra alternativa que presumir que a Pablo lo liberaron de su prisión en Roma y que desarrolló un corto período de actividad en el Oriente. Entre 63–67 d.C. sí es posible colocar los acontecimientos narrados en las Epístolas Pastorales. La crítica basada en las epístolas mismas recomienda una fecha de composición entre estos cinco años.
Los argumentos más importantes a favor de la autenticidad de las Epístolas Pastorales son:
1. Hay citas de las Epístolas Pastorales en Clemente de Roma, Ignacio, Policarpo, Pastor de Hermas, todos del siglo II.
2. El libro de Hechos, la tradición que fecha la muerte de Pablo en el 67 y la alusión de Clemente a un viaje de Pablo a España dan pie para suponer que Pablo sobrevivió a su primera prisión.
3. Primera de Timoteo 3:1–7 (cf. 5:17) y Tito 1:5–9 demuestran decididamente que las Epístolas Pastorales se escribieron cuando los obispos, ancianos y diáconos no formaban una jerarquía. La separación de estos cargos ocurrió en el siglo II, según Ignacio (ca. 110 d.C.).
4. La diferencia de tono entre el cristianismo de las Epístolas Pastorales y el del resto de las epístolas paulinas se explica porque aquellas se dirigen contra movimientos heréticos intracristianos y por su énfasis eminentemente práctico.
Características
La homogeneidad del grupo es mucho más marcada que en las otras epístolas paulinas; los críticos concuerdan en considerarlas como un todo. Su interés es precisar la organización de las iglesias y no tanto el mensaje cristiano.
Orientaciones Teológicas
La verdadera doctrina se reconoce por su origen apostólico y por la piedad que la acompaña; no hay mucho interés en las manifestaciones pentecostales. Se mantiene la expectación escatológica, pero la tensión por la Segunda Venida de Cristo no es tan aguda. Surgen en el ambiente doctrinas heréticas (aunque estas no forman un movimiento como en Gálatas) cuyo carácter es difícil determinar. Subsisten las tesis fundamentales de la teología paulina, pero no hay exposiciones propiamente teológicas.
Estilo Y Vocabulario
El lenguaje es menos original; las fórmulas propiamente cristianas se reemplazan por términos literarios. Faltan la deducción y la demostración; las afirmaciones sustituyen a la argumentación dialéctica.
Análisis Y Contenido
De 1 Timoteo
Pablo escribió a Timoteo para animarle en la fe (1:18, 19) y para que supiera cómo debía comportarse en la iglesia (3:15). Le da instrucciones sobre la oración pública, la elección de los líderes, el cuidado de las viudas, etc.; recalca la necesidad de una doctrina unida a una vida santa y lo alerta en contra de los falsos maestros.
1. Encabezamiento y saludo: 1:1, 2
2. Lucha contra los falsos maestros: 1:3–20
3. Gobierno de la iglesia: 2:1–3:16
4. Polémica contra los herejes: 4:1–11; 6:3–10
5. Timoteo y el ministerio: 4:12–5:25
6. Conclusión: 6:20, 21
De Tito
Por lo que podemos deducir, la visita de Pablo a Creta fue corta y por eso dejó a Tito para consolidar y extender la obra (1:5). El propósito de esta carta, escrita poco tiempo después de la partida de Pablo, fue autorizar e instruir a Tito para la reorganización de la iglesia en Creta. Aunque la mayor parte de la carta se dedica a los asuntos prácticos del ministerio, hay tres pasajes doctrinales importantes: 1:1–13; 2:11–14; 3:3–7.
1. Encabezamiento: 1:1–4
2. Circunstancias de la carta: 1:5–16
3. Exhortaciones y consejos: 2:1–3:14
4. Saludos: 3:15
De 2 Timoteo
Pablo se hallaba otra vez preso en Roma, esperando el final, cuando escribió esta epístola (4:6–8). Ruega a Timoteo que venga a verle trayéndole ciertos libros y su capa, pues se aproximaba el invierno (4:9–13). Toda la epístola es un llamado ferviente a la fidelidad a Cristo y a su evangelio, con nuevas advertencias sobre el peligro de índole moral y doctrinal. Por el tono emocional que embarga toda la carta, puede considerarse como el testamento de Pablo.
1. Encabezamiento y saludo: 1:1, 2
2. Acción de gracias y entrada en el tema: 1:3–5
3. Exhortaciones a Timoteo: 1:6–2:13
4. Polémica contra los herejes: 2:14–3:17
5. Despedida de Pablo: 4:1–8
6. Conclusión: 4:9–22